Aunque aún se espera el resumen definitivo en cifras, está claro que el impacto ha sido más que positivo. Los comerciantes agotaron sus existencias en muchos casos, demostrando que Fromago no solo ha atraído a una multitud de curiosos, sino también a compradores ávidos por llevarse a casa lo mejor del queso local, nacional e internacional.
Mientras que las estimaciones iniciales de 300.000 visitantes pueden parecer ambiciosas, el verdadero éxito no se mide solo en números, sino en la experiencia vivida. Las calles de Zamora estuvieron repletas de ciudadanos y turistas que disfrutaron de la "ruta del queso" a lo largo de los 12 puntos de interés de la feria. En este recorrido, la ciudad se mostró vibrante y llena de vida, una postal que debería repetirse cada dos años con la llegada de este evento.
Los expositores, tanto veteranos como los que debutaban este año, se mostraron más que satisfechos. Los que regresaban ya sabían lo que les esperaba, mientras que los nuevos se sorprendieron por el alcance y la organización de una feria que, más allá de la fama, ha demostrado ser un evento clave en la agenda de los queseros de toda España y parte de Europa.
La internacionalización de Fromago abre la puerta a nuevas oportunidades, no solo para la feria, sino para Zamora como un referente en ferias agroalimentarias. Esto ofrece un horizonte prometedor para una ciudad que, pese a estar al final de la lista en cuanto a tasa de actividad económica en España, tiene en su industria quesera y su turismo agroalimentario dos pilares sobre los que crecer.
El éxito de Fromago demuestra que, con visión y compromiso, Zamora puede competir con las grandes ciudades en eventos de esta magnitud. Si bien hay detalles que pulir de cara a futuras ediciones, la humildad y el esfuerzo de quienes producen riqueza en la provincia han hecho de Fromago un triunfo indiscutible. Zamora se ha llenado y es un claro recordatorio de que, con acciones como esta, se puede cambiar la narrativa de la España vaciada.
