Bajo el lema “Sin hogar, pero con sueños”, Cáritas ha presentado esta mañana en su sede de Zamora la campaña de sensibilización que, cada mes de octubre, pone rostro y voz a las personas sin hogar. Una iniciativa que busca sacudir conciencias, denunciar las causas estructurales de la exclusión y promover una respuesta ciudadana que devuelva dignidad y vínculos a quienes viven en la calle.
El director de Cáritas Diocesana de Zamora, Ignacio Enríquez, recordó que la organización es testigo diario del aumento de la vulnerabilidad de quienes carecen no solo de vivienda, sino también de trabajo digno y de acceso a servicios básicos. “Las personas necesitan algo más que un techo: necesitan sentirse parte de la sociedad. La pobreza no consiste solo en NO tener recursos, sino en NO pertenecer”, subrayó.
Según los datos que Cáritas presentará en su próximo informe de noviembre, tres millones de personas viven en situaciones precarias por no poder acceder a una vivienda digna, y 3,4 millones sufren ya condiciones de hacinamiento. Solo el año pasado, la entidad destinó 41 millones de euros a programas de atención a personas sin hogar en todo el país.
Por su parte, David Marcos, responsable de la Casa Betania, destacó que el centro atendió en 2024 a 514 personas, y que en lo que va de año ya han pasado por sus servicios más de 400 usuarios. El comedor social mantiene una media diaria de entre 55 y 60 comensales, con perfiles cada vez más diversos: no solo inmigrantes, sino también familias y personas españolas que no llegan a fin de mes debido al incremento de los alquileres y la pérdida de poder adquisitivo.
Marcos anunció que este domingo, 26 de octubre, a las 12:00 horas, la Plaza de la Constitución acogerá la lectura de un manifiesto y un encuentro entre la ciudadanía y las personas sin hogar, “una oportunidad para escuchar, mirar a los ojos y reconocer la humanidad que compartimos”. Además, agradeció al Zamora Club de Fútbol su gesto solidario al invitar a las personas acogidas a asistir al partido del próximo domingo.
La presentación concluyó con los testimonios de Reina Pérez y Francisco Díaz, dos personas sin hogar que actualmente viven en la Casa Betania. Reina llegó a Zamora desde Cuba junto a su hijo, de 36 años, en busca de una vida mejor; Francisco, sevillano, llegó a la calle tras la muerte de su padre y problemas de adicción, pero hoy ha logrado independizarse, aunque sigue acudiendo al comedor social.
Ambos pusieron voz a una realidad invisible: la de quienes, pese a no tener casa, conservan sus sueños y luchan por reconstruir su vida con dignidad.