Es la otra cara de los gatos de las colonias felinas: la de aquellos que buscan una nueva vida. El caso de un gallo negro atropellado a mediados del mes de octubre en la calle Arapiles a la altura de la Escuela Oficial de Idiomas es uno de ellos. Su seguimiento médico aconseja una adopción que le permita abandonar los peligros a los que se encuentra expuesto en la calle y que, a al vez, podrían ocasionarle tras la operación a la que fue sometido con la implantación de una banda de acero.
Tras alertar los vecinos de la zona, el alimentador felino del Banco de España logró localizar con ayuda de los agentes de la Policía Municipal al animal malherido. Presentaba un fuerte neumotórax, un golpe en la cabeza y una fractura en su pata delantera derecha por la que le han colocado una banda de acero quirúrgico que podría darle problemas en un futuro si se mantiene en libertad, pero no es una vivienda donde evitaría grandes esfuerzos como saltos y posibles caídas.
"Normalmente no suele dar problemas, sí podría ocurrirle en la calle y encima nadie lo vería. En una casa podría vivir perfectamente como un gato normal. Es súper cariñoso, está castrado y tiene una mirada de agradecimiento", apunta el alimentador.
Desde entonces felino permanece bajo custodia del alimentador felino de su zona y desde los servicios veterinarios aconsejan su adopción. El animal convive con otras gatita de color naranja que aún no ha sido esterilizada y que fue rescatada al detectársele una infección de la que ya ha sido tratada. "Como es pequeño se puede hacer perfectamente a una familia, aunque lo ideal es que pudieran ser adoptados juntos. Se han hecho inseparables".
Los interesados pueden ponerse en contacto con este mismo periódico o bien a través de los contactos 680172271; del 626332141 o de jesus-edelio@hotmail.com
