Enrique Crespo, el ángel de la guarda zamorano en Ciudad Rodrigo

El cirujano zamorano está un año más a la cabeza del equipo de profesionales que atienden a los participantes de los encierros y capeas y a los profesionales del toreo que resulten heridos

Enrique Crespo imagen de archivo
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Desde hace cuatro décadas, el zamorano, Enrique Crespo es cirujano jefe del equipo de profesionales sanitarios que atiende la enfermería de la plaza de Ciudad Rodrigo durante el Carnaval del Toro. Allí, en la bella localidad mirobriguense, el zamorano es una especie de ángel de la guarda cuyas manos han salvado a más de uno de los participantes en los encierros y capeas.

Y es que, la primera vez que acudió a esta fiesta fue en 1983, aún era estudiante de medicina. Tras años de ausencia, en 2004 recogió el testigo. Profesionales del toreo y aficionados venidos de todos los puntos de España saben que están en las mejores manos.

Cirujano de dinastía por tradición y por vocación, Enrique Crespo Rubio es uno de los ángeles de la guardia que en estos días procuran que la vieja Miróbriga pueda disfrutar de su Carnaval del Toro sin sobresaltos, sin dolor y sin dramas, sin la cara más amarga del toro. Probablemente, en una época en la que millones de personas buscan trabajo, sean los profesionales que más deseen no tener trabajo en sus guardias, en sus días en la enfermería de Ciudad Rodrigo o de cualquier plaza de España, cuando extienden sus alas invisibles parapetados tras los burladeros de los callejones.

Tal es su arraigo a Ciudad Rodrigo que este año, el pleno municipal, aprobó por unanimidad otorgar a este zamorano el título honorífico de "hijo adoptivo".

Manos de oro, nervios de acero y una trayectoria impecable avalan la carrera de Enrique Crespo en el mundo de la cirugía taurina, donde es uno de los profesionales más reconocidos del país. 

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