Las placas, pequeños adoquines incrustados en el suelo, se instalarán en la plaza de Alemania a partir del 30 de marzo, "si las circunstancias lo permiten", puntualizó el concejal de Comercio y Turismo, Cristoph Strieder.
La propuesta fue aprobada por unanimidad en el Pleno de esta tarde y permite a Zamora sumarse a la iniciativa de la Fundación Stolpersteine sobre la instalación de placas memoriales que recuerdan a las víctimas del "nazionalsocialismo", en desagravio de los zamoranos deportados a los campos nazis entre 1941 y 1945.
Las placas memoriales Stolpersteine son pequeños bloques de cemento en forma cúbica de 10 cm de lado, en los que una de sus caras está cubierta por una fina lámina de latón donde se graba una inscripción que recuerde a las víctimas de los nazis, deportadas a los campos de concentración.
La iniciativa fue propuesta por el artista alemán Gunter Demnig en 1996 y desde entonces se ha extendido a multitud de ciudades europeas, como homenaje y recuerdo a todas las personas que sufrieron el nazismo. "Stolpersteine" es una palabra compuesta alemana difícil traducción al español que viene a significar "piedra/adoquín que te hace tropezar", aunque se instalan empotradas en el pavimento en zonas peatonales de forma que no sobresalgan en absoluto de la superficie del suelo.
En nuestra provincia fueron 23 los zamoranos que fueron deportados a los distintos campos de concentración según el Libro Memorial, editado por el Ministerio de Cultura en 2006 y la documentación aportada por Eduardo Martín y el Foro de la Memoria Histórica de Zamora. Tres de ellos vivían en la capital, pero el resto en la provincia: Santovenia del Esla, Tola, Coreses, Vadillo de Guareña, Cañizal, Toro, Otero de Bodas, Peque, Valcabado, Valdespino, San Román de Sanabria, Ribadelago, Villalpando, Fresno de la Ribera, La Bóveda de Toro, Micereces de Tera, Benavente, Alfaraz de Sayago, y Benegiles.
El lugar de la ciudad en el que propone colocarse estos adoquines es la Plaza de Alemania, precisamente para, con este gesto simbólico, borrar, sin olvidar, el origen de este nombramiento el 11 de enero de 1937 y rescatar el nombre de la Plaza en consideración de la actual Alemania democrática. Las primeras placas que se instalen serán colocadas personalmente por el propio Gunter Demnig, como muestra del reconocimiento a la ciudad que se incorpora a este proyecto.