martes. 19.03.2024
Salto de Castro
Salto de Castro

La evolución demográfica siegue siendo una de las asignaturas pendientes y cuya evolución más preocupa. Especialmente ocurre en una provincia como Zamora, reconocida ya como la que más población ha perdido a nivel nacional en la última década, pero también la más envejecida y al que no logra compensar la natalidad con las cifras de decesos. Un saldo negativo que no sólo afecta a la capital zamorana y a las principales provincias, sino que se ceba especialmente con los núcleos más modestos y alejados de Zamora. 

Tampoco ayudan las predicciones aportadas por el Instituto Nacional de Estadística. Según el último informe sobre tendencias demográficas publicado en el pasado mes de octubre, Castilla y León se situará como la CCAA más afectada en términos demográficos por este fenómeno de aquí al año 2036 en una predicción a 15 años en la que la región podría llegar a perder hasta 100.000 habitantes -un descenso poblacional del 4,1%- hasta dejar a la autonomía con apenas 2.279.851 habitantes censados. 

Una sacudida que ya se aprecia en numerosos municipios y pequeños núcleos de prácticamente todas las provincias de la región, con Zamora a la cabeza. y Es que, según las estadísticas del último Padrón Continuo del INE, Zamora mantiene en estos momentos un total de seis municipios deshabitados, como son San Pelayo, Salto de Castro de Alcañices; Monte la Reina; Salto de Villalcampo, Gusandanos y Otero de Sariegos.

En todas ellas el censo poblacional se encuentra a cero y los edificios se erigen como auténticas ruinas abandonadas a su suerte, únicamente con la esperanza de la reciente compra a finales de 2022 del Salto de Castro y que su comprador plantea como un futuro hotel rural y potente atractivo turístico que permitirá revivir la zona. 

Y es que el 54,11% del total de pueblos que componen el mapa zamorano (un total de 510 contando localidades y pedanías) cuentan con menos de un centenar de habitantes. Es el caso, por ejemplo, Bustillos del Oro (86), Argañín (74), Cazurra (70), Justel (69)  Santa María de Valverde (58) o Molezuelas de la Carballeda (51), entre otras, por no mencionar casos más evidentes como Matilla la Seca con poco más de una treintena de vecinos censados (36), tan sólo uno menos que Pobladura de Valderaduey (37) o los 45 vecinos de Villageriz y los 48 de Fuentesecas. 

Otros dos pueblos mantienen incluso menos de cinco habitantes, es el caso de Letrillas -perteneciente al municipio de Espadañedo-, Moncabril, perteneciente al municipio de Galende, y Villager que tan sólo mantiene tres habitantes. Mientras, La Tabla se erige como el próximo pueblo abocado a la 'extinción': con tan sólo un vecino copando todo el censo, es la dramática realidad de una Zamora que continúa su imparable declive. 

El drama de la despoblación de la Zamora rural: ocho municipios prácticamente 'desiertos'