Seis metros de altura y 700 kilos de peso. La Cruz de los "ausentes" del escultor José Luis Coomonte ya luce en el cementerio municipal y abarca en su "horizontalidad" todo el espacio del camposanto como símbolo de acogimiento de "todos".
La Cruz ha marcado la trayectoria de este artista de 89 años y esta mañana fue testigo de como su obra perdurará en el cementerio de San Atilano como representación de la "horizontalidad del espacio", con una altura que sobrepasa todas las tumbas para que "abarque a todos, a los habidos y por haber, sin revanchismo", explica Coomonte, que se define como "ateo, Gracias a Dios".
Cuenta el escultor que ha realizado "muchos bocetos de cruces" porque tengo la "creatividad que no me deja parar". Y hasta 80 dibujos contabiliza el artista hasta que llegó el definitivo: una cruz de hierro con crucero que simboliza la liberación del espacio y unos cristales como alegoría de la luz que queda.
La nueva obra del artista benaventano sustituye a la Cruz en honor a los caídos, que tuvo que ser retirada por el riesgo de derrumbe.
En palabras del alcalde zamorano, Francisco Guarido, "esta cruz no tiene ningún tipo de significado", más allá de la "tolerancia y respeto de este equipo de Gobierno por todas las creencias". "Y lo dice un alcalde que se considera agnóstico, pero que debe gobernar para todos", sentenció Guarido.
En consecuencia con ese respeto, el regidor municipal adelantó que se va a reformar el osario, donde también se colocará un símbolo que represente "el daño que sufrieron los fusilados" en la Guerra Civil, y recordó que se ha restaurado el retablo de la capilla de la Iglesia, que "se caía a pedazos por la carcoma".
Por último, Guarido señaló que la Cruz será "para unos un símbolo religioso, para otros una obra de arte y para algunos una obra estética que da lustre al cementerio municipal" y calificó de "pobreza intelectual" los comentarios de algunas personas y partidos políticos sobre la colocación de esta Cruz.
