El proxeneta ha cambiado su ‘modus operandi’. Antes obligaban a ejercer la prostitución en clubes de alterne, ahora se trasladan a pisos particulares para continuar con la actividad donde “aumenta” la presencia en los últimos años. Conocen la dificultad para que las Fuerzas de Seguridad accedan al interior de las viviendas también para “dar con las víctimas e identificar al tratante”, según ha lamentado la Fiscal de Extranjería, Pilar Berceruelo.
Actualmente en la provincia hay cinco casos abiertos por trata de personas. Las denuncias de los vecinos de Zamora han sido los que han facilitado identificar algunos de los casos que se llevan a cabo, tanto en la capital como en la provincia. Este año, se han realizado más de 30 inspecciones en el ámbito sexual y laboral en la ciudad donde se ha conseguido identificar a más de 56 personas que ejercían la prostitución. También en la provincia, quince labores policiales que han permitido identificar a más de una decena de mujeres explotadas. En total, setenta y una víctimas en uno de los delitos más graves que atenta contra los derechos humanos, una forma de esclavitud que convierte al ser humano en una simple “mercancía”.
Una realidad que ha adquirido preocupantes dimensiones en la actualidad, debido a los grandes beneficios que proporciona. Es, de hecho, uno de los tres negocios ilícitos más lucrativos junto al tráfico de drogas y el de armas. Las cifras no tienen relevancia porque “hay muchas más”, pero la “falta de confianza de las víctimas hace que sea más complejo”, ha remarcado el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco.
Con las nuevas tecnologías, “no hay fronteras” donde “anunciar, captar y explotar a mujeres” se ha convertido en algo “sencillo y rápido”. Se utilizan “nuevos medios y se abre un abanico de posibilidades”; videollamadas, venta de grabaciones o fotografías. Además, afecta a nuevos factores ya que la edad de acceso a las plataformas cuenta cada vez con gente más joven, un caldo de cultivo idóneo para el cibertratante.
La trata de seres humanos se contempla en el Código Penal español como un delito específico, en el artículo 177 y está castigada con la pena de cinco a ocho años de prisión. Eso sí, la condena será agravada “si se trata de personas vulnerables; mujeres que acuden de sus países de origen con una situación complicada”, según ha remarcado Berceruelo.
La mayoría de las víctimas son mujeres, porque la trata está directamente relacionada con la posición de las mujeres en la sociedad y la feminización de la pobreza. Es una de las formas más crueles de violencia ejercida contra las mujeres, En general, las mujeres están más afectadas por las desigualdades de género en la educación, la formación o el ámbito laboral, caracterizado por la segregación ocupacional y una representación desproporcionada en los sectores informales de empleo. Todo ello sitúa a las mujeres en una situación social y económica de vulnerabilidad a la captación.
Para poner fin a esta lacra, es fundamental la coordinación y comparación entre las instituciones así como dar visibilidad “al problema grave”, concienciar en el ámbito de actuación y “transmitir confianza a las víctimas”, según Blanco. Así, se ha puesto en marcha una Mesa de Trabajo sobre la Trata de Seres Humanos y se ha programado una nueva reunión con “nueve meses de antelación”, que será el 23 de septiembre de 2024 coincidiendo con el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas.