El Sindicato de Oficios Varios de la CGT de Zamora ha calificado de “profundamente ofensivas y vergonzosas” las declaraciones de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, quien aseguró recientemente que en España existe un “problema de actitud” entre las trabajadoras y trabajadores, apelando a la llamada “cultura del esfuerzo” que, según él, representan figuras como el tenista Carlos Alcaraz.
Desde la CGT se recuerda que, mientras Garamendi percibe un salario millonario, la realidad de millones de personas en España está marcada por contratos precarios, jornadas interminables y sueldos insuficientes para hacer frente al coste de la vida. “Resulta insultante que alguien desde esa posición de privilegio pretenda dar lecciones de moral a quienes sostienen con su trabajo diario la economía y los servicios esenciales”, critican desde la organización sindical.
La central sindical subraya que en territorios como Zamora y Castilla y León, especialmente afectados por la despoblación, el desempleo y la precariedad, las palabras del líder de la patronal resultan todavía más inaceptables. En estas provincias, miles de personas se ven obligadas a emigrar, aceptar sueldos indignos o sobrevivir con contratos temporales, mientras —denuncian— “los grandes empresarios blindan sus beneficios”.
La CGT acusa a la patronal de insistir en culpar a la clase trabajadora de los problemas estructurales del mercado laboral, ocultando la verdadera raíz de la desigualdad: “la acumulación de riqueza en manos de una minoría y la explotación constante de la mayoría”.
“El esfuerzo del que hablan, desde la comodidad de un sueldo obsceno, es una burla para quienes sobreviven en condiciones cada vez más duras”, remarcan desde el sindicato. Frente a ello, la CGT reivindica que “la dignidad no se mide en sacrificios impuestos por la precariedad, sino en la conquista de derechos, en el reparto justo de la riqueza y en la construcción de un modelo social basado en la igualdad y la justicia”.
Finalmente, el Sindicato de Oficios Varios de la CGT de Zamora exige respeto para la clase trabajadora y denuncia “la hipocresía de un discurso que intenta responsabilizar a quienes más sufren mientras protege los privilegios de quienes más tienen”.
