La Comunidad sigue anclada en el nivel 4 de alerta (el máximo establecido por la Junta) pese a posee una incidencia acumulada a 14 días por debajo de los 150 casos por cada 100.000 habitantes. En concreto, Castilla y León se mantiene hoy con 140,84 casos (son datos relativos al sábado, a falta de la actualización de datos que se hará efectiva a lo largo del día) y todos los indicadores de incidencia en nivel de riesgo medio.
Otros tres indicadores -los relativos al porcentaje de casos positivos, casos con trazabilidad y la ocupación en plan por casos Covid- se sitúan con mejores datos al presentar un nivel de riesgo bajo. Sólo las UCI continúan en nivel rojo o alto con una tensión media del 24,42% (tensión de pacientes con una PCR positiva).
Son las UCI, unidos a los datos aún preocupantes de incidencia de Burgos y Segovia los que siguen impidiendo que el Ejecutivo autonómico de un paso adelante para comenzar a rebajar el nivel de riesgpo. De hecho, según el el ACUERDO 76/2020, de 3 de noviembre, de la Junta de Castilla y León, por el que se establecen los niveles de alerta sanitaria y se aprueba el Plan de Medidas de Prevención y Control para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, en la Comunidad de Castilla y León, la Comunidad presenta unos valores propios del nivel 3.
Sin embargo, a nivel provincial, sólo Ávila, Salamanca y Valladolid podrían bajar a día de hoy a nivel 3, ya que el resto continúan presentando en su mayoría el lastre de una alta ocupación Covid en las UCI -incluída Zamora que mantiene este único indicador en morado, frente al resto que presentan algunos de los mejores datos a nivel regional-.
En el caso de Burgos, presenta además una incidencia acumulada superior a los 250 casos en las últimas dos semanas con unas IA en riesgo muy alto o alto, mientras Segovia supera los 160 (en concreto, 164, 19).
