La razón fundamental para ser paciente con cáncer de pulmón es el tabaco. De hecho, se ha observado claramente una tendencia descendente en la incidencia (y en la mortalidad) en aquellos países en los que ha disminuido el número de fumadores.
El pronóstico es claro: 4 de cada 5 casos de cáncer de pulmón están relacionados con el consumo de tabaco.
La mayoría de los casos se diagnostican entre los 55 y los 75 años, con un máximo entre los 65 y los 70, aunque ya se registran casos desde los 35-40 años.
Además, la incidencia de cáncer de pulmón entre las mujeres se ha incrementado y está relacionado con el aumento del número de mujeres que fuman.
La principal forma de prevenir el cáncer de pulmón es dejar de fumar o evitar el humo del tabaco en el caso de no fumadores.
Si deja de fumar antes de que surja el cáncer, el tejido dañado de sus pulmones gradualmente comenzará a repararse por sí solo. Sin importar la edad o el tiempo que haya fumado, el dejar de fumar puede reducir su riesgo de cáncer de pulmón y ayudarle a vivir más tiempo.
Es un hecho conocido la importancia del oxígeno en nuestras vidas y sobre todo para los pacientes con cáncer de pulmón.