Adiós al andamio eterno: Pablo Morillo 16 vuelve a ver la luz dos años después

Buenas noticias —y casi históricas— para el centro de Zamora: dos años después, el andamio del edificio de Iberdrola en Pablo Morillo 16 ha desaparecido.
Sí, ese andamio que parecía haberse convertido en parte del paisaje urbano, testigo de camiones, obras, polvo, cortes de calle y del ingenio de los peatones esquivando vallas y tablones, ya es historia.
pablo morillo ya sin andamio
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El edificio de Iberdrola despide su estructura metálica y da paso a una nueva etapa en el corazón de Zamora

El inmueble, que durante meses ha lucido una estructura metálica más duradera que algunos contratos de alquiler, recupera ahora su fachada y su dignidad. Una fachada que, durante todo este tiempo, ha vivido cubierta entre lonas, ruidos y el eterno rumor de la maquinaria.

De historia eléctrica a historia habitada

El edificio, propiedad de Iberdrola, fue durante años un referente de la actividad eléctrica en la ciudad. Hoy, tras un largo proceso de rehabilitación, pasa de ser historia de cables y contadores a historia de habitabilidad y vida urbana.
Los zamoranos podrán volver a pasear por un tramo más despejado, con luz, con espacio y —por fin— sin tener que caminar pegados a la pared como si participaran en una gincana peatonal.

La retirada del andamio no solo mejora la estética del centro, sino que simboliza el respiro de una calle que ha soportado obras, desvíos y paciencia ciudadana a raudales.

 Una calle con historia y mucho tránsito

La calle Pablo Morillo, que debe su nombre a un militar y marino zamorano nacido en Fuentesecas, curtido en batallas y con estatua propia en la ciudad, vuelve a respirar.
Y aunque esta semana la zona volverá a vivir alguna que otra zanja —por las obras de ampliación y reabastecimiento de agua potable—, lo cierto es que la imagen del andamio desaparecido ha devuelto cierta alegría al paisaje urbano. Falta retirar contenedores y vallas, pero la vista al menos es mucho más amable.

 Vuelve la vida (y la vista) al centro

Queda así despejado uno de los puntos más transitados del centro, una pequeña victoria urbanística que, aunque no cambiará el mundo, mejora la vida de quienes caminan, viven o trabajan en la zona.

Porque en Zamora, donde las obras tienden a eternizarse, ver desaparecer un andamio es casi motivo de celebración.
El de Pablo Morillo 16 ya es pasado, y ahora queda lo mejor: ver cómo el edificio vuelve a llenarse de historias, de vecinos y de vida.

Una buena noticia, sin duda, para quienes creen que el centro de Zamora todavía tiene mucho que contar…
y ahora, al menos, se ve mejor.

16 C. Pablo Morillo -
16 C. Pablo Morillo -

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