sábado. 20.04.2024

La pandemia ha hecho que la población mundial haya tenido que convivir con una serie de requisitos. Las mascarillas, la distancia social, el especial lavado y hasta el cambio de los hábitos de relación con los demás han hecho que se hayan modificado el día cotidiano. 

Con la llegada de las vacunas, en el último trimestre del año pasado, como los codiciados botes salvavidas que permitirían salvar a los náufragos. Tras una etapa de ansiedad, los países del primer mundo (o también llamados ricos) ven como mucho de sus ciudadanos prefieren jugársela en el mar, con el riesgo de ahogarse. Todo ello acompañado de la llegada de las nuevas variantes, como la delta, que ha provocado nuevas olas epidémicas.

Y aunque no son tan virulentas como las anteriores, muchos países han decidido dar vuelta atrás de la llamada "nueva normalidad". Con este panorama actual y con una inmunidad de rebaño que los expertos cifran más cerca del 90% que del 70% considerado en un principio, cada vez más gobiernos apuestan por dar un empujón a los ciudadanos con la vacunación, mediante la restricción de actividades y libertades a aquellos que rehusan de la vacunación.

Medidas para incentivar la vacunación 

En Estados Unidos, se han probado varios tácticas para potenciar la vacunación en sus ciudadanos, debido al estancamiento (solo el 49% de la población tiene la pauta completa). Desde el dinero en metálico como el Ayuntamiento de Nueva York, que regala 100 dólares a la personas que se pongan la primera dosis o incluso cerveza gratis

Unas proposiciones que no consiguen acelerar la vacunación por lo que instituciones americanas están llegando a medidas más restrictivas como la obligatoriedad de pasar pruebas PCR semanalmente en el sector público o privado.

Francia ha buscado medidas más directas como que los sanitarios que no quieran recibir la inyección pueden quedarse sin sueldo desde septiembre (en un principio se habló de despidos, pero el Parlamento pero finalmente se suavizó la medida). Una medida que podría ser ampliable al sector docente, a cuidadores en residencias, bomberos o militares de seguridad civil, si no se alcanzan las cifras adecuadas.

Además, desde el gobierno galo se ha impuesto la obligatoriedad de poseer un certificado sanitario para acceder a lugares públicos como bares y restaurantes, incluso en terraza o eventos culturales y deportivos donde se concentren más de 50 personas.

Una serie de medidas que podrían imponerse también en Italia y Alemania, donde los sectores ultraderechistas alentan la no vacunación. 

Grecia es otro de los países que ha impuesto la obligatoriedad de vacunación de los sectores sanitarios

Regalar dinero o cerveza a cambio de un pinchazo: estas son las medidas de los países...