Numerosos estudios avalan las propiedades nutricionales de los productos del mar a la hora de prevenir enfermedades y fortalecer el organismo. El omega-3 de los productos del mar desempeña un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento de las funciones cognitivas, mejorando la memoria, el aprendizaje y la inteligencia en todas las edades.
El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, un momento perfecto para reflexionar acerca de la importancia de la alimentación y su impacto directo en la salud y en el bienestar en general.
En este contexto, Pesca España quiere poner en valor lo necesarios que son los productos del mar para ayudar a mejorar la salud, ya que más allá de ser una delicia culinaria, los productos del mar representan una fuente natural de nutrientes esenciales para llevar un estilo de vida saludable y mantener en forma al organismo.
De hecho, evidencias científicas demuestran reducciones significativas del 15% en la tasa de mortalidad total y del 35% en la tasa de mortalidad por cardiopatía isquémica gracias a la ingesta de productos del mar. Según esos estudios, cada incremento de 20 gramos de pescado en la dieta se correlaciona con una reducción del 4% en el riesgo de mortalidad cardiovascular.
Estos alimentos son fundamentales en una dieta saludable debido a su condición de fuente natural de nutrientes esenciales. Entre ellos, el Omega-3 es especialmente relevante para conservar y mejorar la salud cardiovascular al desempeñar un papel crucial en la comunicación celular. Esta característica lo convierte en un aliado para fortalecer el sistema cardiovascular y reducir el riesgo de hipertensión, así como de eventos cardiovasculares como infartos y trombosis cerebrales.
Gracias a su contenido de proteínas de alta calidad y nutrientes como la vitamina D, selenio y zinc, el pescado también contribuye a la reducción del colesterol LDL y promueve la salud arterial, mientras que sus antioxidantes protegen las células cardíacas del estrés oxidativo y la inflamación, previniendo enfermedades cardiovasculares. Además, su consumo regular mejora la función endotelial, reduciendo el riesgo de coágulos.
Estadísticas revelan que el consumo regular de pescado, al menos 2-3 veces por semana, que equivalen a 250 mg de Omega-3, reduce el riesgo de mortalidad por infarto agudo de miocardio en un 20%. Este porcentaje aumenta aún más con cada 100 gramos adicionales de pescado.
Asimismo, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se reduce hasta en un 45% con una ingesta adecuada de pescado, siempre evitando preparaciones fritas o rebozadas. En el caso de la muerte súbita, el consumo de 250 mg de Omega-3 puede disminuir hasta en un 70% el riesgo de arritmias potencialmente mortales. Estas cifras revelan la contundente influencia del pescado en la prevención de enfermedades cardiovasculares, consolidándose como un elemento indispensable en una dieta saludable.