La sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino de Toro acogió la cata de valoración de vinos blancos y tintos amparados por este marchamo de calidad, que fue realizada por responsables de la prestigiosa Guía Peñín con la finalidad de elaborar la próxima edición de esta publicación, correspondiente a 2015.
El responsable editorial de la Guía Peñín, Javier Luengo, señaló que este año han llegado cerca de 260 muestras al Consejo Regulador, de modo que es el año que más muestras se han enviado, lo que, como comentó, "para nosotros es una satisfacción, nos hace ver que las bodegas confían en el trabajo que venimos desarrollando". Y es que, con la edición de 2015, la Guía Peñín cumplirá 25 años, y cada año se incrementa el número de referencias incluidas en la publicación, lo que "para nosotros es una satisfacción y también una responsabilidad enorme", puesto que supone que son muchos los profesionales que "confían en esta valoración para poder hacer sus compras y tomar sus decisiones".
Luengo aclaró que la cosecha de 2013, en líneas generales y en casi toda la Península, ha resultado "complicada", por lo que los responsables de la Guía Peñín esperaban encontrar "ciertas desigualdades y desequilibrios" en los vinos Jóvenes del año; sin embargo, no ha sucedido así, de forma que "entendemos que la labor de selección dentro de las bodegas cuando ha entrado la uva ha sido importante".
Por lo que respecta a la cata realizada y a la valoración posterior de estos vinos de la D.O. Toro, Luengo afirmó que, en general, "la tipología de vinos Jóvenes son más frescos que el año pasado, quizás menos exuberantes, menos explosivos que el año pasado y con una sensación más fresca, cítrica, y un final agradable", aunque también añadió que "les ha restado algo de potencia". No obstante, comentó que para poder valorar de forma definitiva la cosecha de 2013 es necesario esperar a los vinos con Crianza, de manera que se pueda observar si esta frescura se corresponde "con una capacidad de envejecimiento mayor".
En cuanto a las notas obtenidas por los caldos probados, Luengo aseguró que "Toro siempre tiene muy buenas notas", y añadió que en esta D.O. "hay productores de primer nivel y una viticultura de precisión", así como "una conciencia enológica enorme", y por lo tanto, "no es casual que estén aquí muchos de los grandes elaboradores que hay en España". Reconoció que la zona vitivinícola de Toro "ofrece algo", que se puede ver en las puntuaciones que cada año obtienen sus vinos.
Por otro lado, y en referencia a catas anteriores, en las cuales se había señalado que en Toro se suele abusar un poco de la madera en sus productos, explicó que, aunque en algunos vinos de gama media, y desde un punto de vista comercial, ese toque de madera puede resultar "un poco excesivo", la situación es diferente en los vinos que cuentan con una trayectoria más larga, dado que, pese a que es "lógico" que en el momento de la cata se note "alta" la madera, "se sobreentiende que esa madera se va a apaciguar y se va a fundir con la fruta". Además, afirmó que cada vez hay más viticultores que buscan un equilibrio con la madera, "y en esa línea creemos que están trabajando".
Finalmente, y en comparación con otras denominaciones, el responsable editorial de la Guía Peñín indicó que "Toro sigue estando con un nivel altísimo y con unas puntuaciones medias muy altas", y comentó que "lo más significativo de la Denominación de Origen es que está muy cohesionada", dado que "ofrece una calidad y una representatividad de sus vinos muy homogénea, cosa que no sucede en todas las denominaciones de origen".
La Guía Peñín ha conseguido convertirse con los años en una publicación prestigiosa dentro del mundo del vino, siendo un referente de los vinos elaborados en España, tanto a nivel nacional como internacional. Esta publicación fue fundada, hace casi un cuarto de siglo, por José Peñín, y en estos momentos se edita en varios idiomas y se distribuye en más de veinte países, consolidándose como la guía más influyente en el comercio internacional de vinos españoles.
