Muchas son las causas que llevan a estos autónomos a tener que cerrar de manera definitiva las puertas de sus negocios. El pasado sábado fue el último día que se pudo comprar en 'Frutas Lara', un comercio de catorce años llevado por Ana García, que destacaba por su buen trato, atención y gran calidad de producto. “Hoy en día la gente joven compra poco en las tiendas de alimentación de los barrios, quizás por falta de tiempo, van al supermercado y hacen prácticamente toda la compra allí”, nos comenta Lara que este entre otros motivos, puede ser una de las principales causas que poco a poco “dañan” estas pequeñas empresas.

Meses anteriores también vimos como 'Peluquería Style', la ¡Pastelería Morillo¡ situada en la Plaza Mayor, ¡Panadería Tu Pan¡, o la mítica mercería 'La Pajarita', cerraban las puertas de sus negocios. Algunos de ellos no encontraron personal interesado que quisiera continuar con estas pequeñas empresas en la ciudad, lo que les llevo a dejar el cartel de “se alquila” en sus escaparates. Dejar estos locales vacíos, conlleva a tener esas calles menos alegres.
La desestructuración del comercio tradicional es una realidad muy difícil de solucionar tanto política como socialmente, ya que principalmente las costumbres y el hábito a la hora de comprar han cambiado mucho en los últimos años. La aparición y gran auge de las franquicias con precios muy competitivos han ido apartando del camino a estos pequeños comercios, resultándoles imposible competir con ellos, un factor que les ha perjudicado muchísimo.

Las compras por internet en las cuales también ahorras tiempo y ganas comodidad recibiendo cualquier producto en muy pocos días en la puerta de casa, las grandes superficies comerciales, los gastos que conlleva un local, su alquiler y el elevado coste energético que hizo encarecer todos precios, la despoblación, subida de los impuestos, cotizaciones… etc, hace prácticamente imposible que una tienda de barrio resista a tener que echar el cierre, acabando con todas sus posibilidades de supervivencia.

No somos "conscientes" de lo que sucede en los barrios y pueblos de España, siendo el pequeño comercio el sector más castigado, seguidamente la hostelería. Cierto es que en Toro se realizan muchas campañas a lo largo del año, para apoyar a estos sectores y luchar por una recuperación en los hábitos de compra de toda la vida, “como lo hacen nuestras madres o como lo hacían nuestras abuelas, de tienda en tienda y de tú a tú”. Es complicado pero no imposible que “un buen plan” pueda contrarrestar la crisis que sufren los pequeños comercios si no se acompaña de un cambio en la forma de comprar de todos los ciudadanos. Toresanos y toresanas, debemos de apoyar a todas esas familias que dan vida a nuestras calles y dependen de todos nosotros.