La medición fue realizada con un cinemómetro Velolaser, uno de los dispositivos más precisos y portátiles empleados para el control de la velocidad.
Cabe recordar que, según la normativa, en este tramo de la vía cuando se supera la cifra de 115 km/h ya no se considera infracción administrativa, sino delito contra la seguridad vial, lo que obliga a instruir diligencias judiciales contra el conductor.
El exceso de velocidad detectado en esta ocasión casi triplica el límite establecido, una conducta que no solo pone en riesgo al propio conductor, sino también al resto de usuarios de la vía.
La policía Municipal que ha sido en este caso quien ha "cazado" al infractor recuerda que el respeto a los límites de velocidad es esencial para reducir la siniestralidad y evitar tragedias en las carreteras. En vía urbana, esto se considera una infracción muy grave y acarrearía una multa de 600 euros, 6 puntos del carné de conducir y un posible delito penal (artículo 379 del Código Penal) que podría conllevar pena de prisión o trabajos comunitarios, ya que el exceso excede de 60 km/h en vía urbana.
