La cadena mantiene su actividad aunque dos de sus empleadas han dado positivo en coronavirus y un tercero se mantiene en cuarentena a la espera de realizarse la PCR en los próximos días.
Dos empleadas de la cadena de comida rápida han dado positivo en COVID-19 según confirman fuentes cercanas a los trabajadores. El primer resultado tuvo lugar a comienzos de semana, cuando la empleada ya dejó de trabajar y el segundo ha sido este viernes. Ambas forman parte del personal auxiliar de cocina por lo que la cadena ha decidido que todas las auxiliares guarden cuarentena.
Además, uno de los repartidores, que ha estado trabajando hasta este viernes, también se encuentra en cuarentena a la espera de realizarse la PCR en los próximos días. A pesar de esta situación de posible brote en el local, las puertas siguen abiertas y el personal de reparto también mantiene la actividad.
Ante la posibilidad de que el número de positivos asociados a un brote aumente, la fuente han asegurado que la empresa, por el momento, solo se hace cargo de las PCR de las auxiliares de cocina que se mantienen en cuarentena, pero para los repartidores solamente costearán las pruebas en caso de positivo entre el personal.