La lluvia, inclemente y persistente, se convirtió en un desafío para la celebración de la Resurrección en Zamora. La procesión planeada por la Cofradía de la Resurrección se vio obligada a cancelarse, sumiendo a los fieles en un momento de decepción y reflexión ante la adversidad climática. Sin embargo, Zamora demostró una vez más su resiliencia y devoción al establecer un plan alternativo para honrar este importante evento religioso.
En lugar de la procesión tradicional, se llevó a cabo una Misa de Pascua de Resurrección en la iglesia local. Este acto litúrgico, central en la conmemoración de la resurrección de Jesucristo, brindó a los creyentes la oportunidad de reunirse, reflexionar y renovar su fe en un ambiente de comunión espiritual. A pesar de las circunstancias adversas, la solemnidad y el significado de la celebración se mantuvieron intactos.
Tras la sesión litúrgica, los asistentes fueron deleitados con la interpretación de la Suite Sayaguesa Alborada. Esta emotiva pieza musical, seleccionada con esmero para la ocasión, simbolizó la alegría y la esperanza del Jesús Resucitado, elevando los corazones y las mentes de todos los presentes. A través de la música, la comunidad encontró consuelo y fortaleza en medio de la decepción por la cancelación de la procesión. La Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora se despidió no como cada año en la Plaza Mayor sino en la puerta de la Iglesia de la Horta tocando el otro himno de Zamora, el Bolero de Algodre. Los chicos "tenían mono" como dijo su director Víctor Roales.
Para culminar la jornada, se ofreció un refresco a todos los asistentes, cortesía de los mayordomos de la cofradía. Este gesto de hospitalidad, celebrado en el colegio Jacinto Benavente, proporcionó un espacio para la reunión, la convivencia y el fortalecimiento de los lazos comunitarios.
GALERÍA DE IMÁGENES por Aroa Colmenero