La mayoría de las hermandades contempla en sus estatutos o en su régimen interno qué hacer en el caso de fuertes lluvias y apelan al "sentido común" para salvaguardar tanto el patrimonio artístico como el humano.
Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología apuntan a que la Semana Santa de 2017 será inestable y con posibilidad de lluvias a partir del Lunes Santo. Aunque estas predicciones pueden cambiar y serán más firmes y claras a partir del Viernes de Dolores, lo cierto es que las cofradías todos los años contemplan en sus preparativos el riesgo de la lluvia y todas poseen un protocolo, bien reflejado en sus estatutos o bien por acuerdo de junta directiva, que estipula qué hacer si el agua aparece a la hora de salir la procesión. Todos los presidentes consultados apelan, en cualquier caso, al sentido común, antes de poner en peligro la conservación de las imágenes o de someter a los hermanos a los torrenciales chaparrones de primavera.
La primavera es una estación inestable de por sí. Aunque en los últimos dos años cofrades y hermandades han disfrutado de un tiempo inusualmente bueno en Semana Santa, con temperaturas por encima de la media primaveral y ausencia de lluvias, lo cierto es que es raro que pase una Semana Santa sin que directivos y cofrades estén pendientes del cielo. Las previsiones de la AEMET, con una exactitud que roza el cien por cien el mismo día de la procesión, permiten anticiparse a las cofradías a imprevistos y evitar someter a los grupos escultóricos e imágenes de devoción a remojones innecesarios.
Existe, además, una creencia muy extendida en Zamora que afirma que las penitenciales tienen que cumplir la procesión a pesar de las inclemencias del tiempo, extremo que no es cierto, ya que es el presidente -o en su defecto la directiva- la que tiene la potestad de poder supender la procesión si la meteorología la hace inviable.
Los protocolos están ahí y las directivas los tienen en cuenta ante la inestabilidad del tiempo que se avecina. Con la vista puesta en el cielo y con la mano en el corazón, los zamoranos desean que ninguna tenga que llevarlos a efecto.
Evacuar los pasos rápidamente
Las tres cofradías "grandes" o históricas -Vera Cruz, Jesús Nazareno y Santo Entierro- tienen el problema añadido, además de movilizar a miles de hermanos, de contar con más de una decena de pasos, en su mayoría a hombros, cada una, con largos itinerarios que recorren parte de la "ciudad nueva" y que discurren hacia la Catedral, en el caso de las del Jueves y Viernes Santo por la tarde. La primera premisa es evacuar los pasos tan rápidamente como se pueda para salvaguardarlos del agua.
En el caso de la Vera Cruz, su presidente, Teo Hernando, afirma que, en el caso de que las previsiones den lluvia con seguridad, la procesión será suspendida antes de salir. Su protocolo contempla además un recorrido corto subiendo por San Andrés y recortando por el mercado. En el caso de que el agua les pillase en la calle en esos tramos, la cofradía ha realizado las mediciones correspondientes y cuenta con las marquesinas del Mercado, los soportales de la Subdelegación del Gobierno y los soportales de la Plaza Mayor en caso de que no diese tiempo a regresar al Museo, hasta que la lluvia cese. Solo los pasos a ruedas -La Santa Cena y La Sentencia- por su gran peso y por no poder salvar los bordillos, se verían obligados a regresar al Museo. En el caso de que la lluvia fuese mientras la procesión avanza hacia la Catedral, unos pasos se refugiarían en el templo mayor y otros en el Museo, en función de su situación, o bien todos en la seo de caer durante la estación. Igual evacuación se realizaría en el regreso al Museo, llevando al museo por la vía más corta (calle Barandales) los pasos más cercanos y regresando a la Catedral los que aún estén próximos.
La Cofradía de Jesús Nazareno cuenta con un protocolo marcado en los estatutos que recomienda esperar una hora, en el caso de lluvia, para decidir la suspensión o no suspensión de la procesión de la madrugada del Viernes Santo. En el caso de suspender, la medida se anunciará a las seis de la madrugada y existe el precedente de "bailar" el 'Cinco de Copas' y a la Virgen de la Soledad en el interior de San Juan con la marcha de Thalberg. Si la cofradia arrancase a las seis de la madrugada, dispone de un recorrido corto que da la vuelta por Alfonso IX y en caso de que la lluvia les sorprendiese en la calle, los once pasos de la cofradía, todos a hombros menos Redención, de Mariano Benlliure, iniciarían la marcha hacia el Museo rápidamente. Los estatutos marcan que tendría entonces que adelantarse la Virgen de la Soledad para que el resto de grupos la reverenciase a su paso por las calles, punto que no se ha efectuado en los años que la lluvia ha sorprendido a la procesión en la calle para salvaguardar el importante legado patrimonial de la cofradía.
En el caso del Sábado Santo y tras una espera prudencial, la procesión de la Virgen de la Soledad podrá ser suspendida o acortada. Así, si la AEMET anuncia una tregua, el desfile efectuaría un recorrido corto con vuelta por la calle Benavente y en caso de riesgo de lluvia inminente,si se anuncia una pequeña tregua, se sacaría a la Plaza Mayor la imagen de la Virgen de la Soledad para poder efectuar el cántico de la Salve.
En cuanto al Santo Entierro, que también dispone de recorrido corto, su presidente, Graciliano Hernández, lo tiene claro: si la previsión es de agua, la suspensión está asegurada. Si se tratase de chubascos primaverales que sorprendiesen a la procesión en la calle, los pasos regresarían al Museo acortando por Benavente o Santiago, pero llegando hasta Viriato para tomar la calle Barandales, más ancha, a fin de no poner en peligro ninguno de los grupos por falta de anchura. Este eje en línea recta sería el mismo, en sentido contrario, si los pasos regresasen de la Catedral. Como ya ocurriese hace unos años, si el agua hace acto de presencia durante el retorno al Museo, los pasos más próximos irían por la calle Barandales mientras que los de cola se resguardarían en la Catedral. En uno u otro sentido, la evacuación sería siempre por la calle Barandales.
Con tres pasos, la cofradía de Nuestra Madre ya ha suspendido en más de una ocasión la procesión en caso de fuertes lluvias, acercando a la imagen titular a la puerta del templo de San Vicente para que pueda ser contemplada por sus devotos. Hace unos años, ante la aparición de la lluvia durante el desfile, el Santo Cristo de la Misericordia se quedó resguardado en el Museo, mientras que la Virgen de las Espadas y Nuestra Madre prosiguieron su camino hacia San Vicente.
Tres pasos -además de la Cruz de Yugos y de la Corona de Espinas de Coomonte- tiene también la Cofradía de Jesús en su Tercera Caída, que en caso de suspensión por la lluvia tras esperar un tiempo prudencial celebra dentro de San Lázaro, su sede canónica, la oración por los difuntos y el cántico de La Muerte no es el Final. Una vez que la lluvia cesa, los pasos son conducidos al Museo por el camino más corto, en este caso el Arco de Doña Urraca.
La Cofradía del Vía Crucis, que cruza el Martes Santo el puente con las imágenes del Nazareno y de la Virgen de la Esperanza, en el caso de suspensión realiza el rezo en el interior de la Catedral. Como opción ya en la calle puede resguardar los pasos en el Museo a su paso por Viriato o, ya entrando en el puente, ponerlos a salvo de la lluvia en el interior del convento de Cabañales, donde queda depositada la Virgen de la Esperanza hasta el Jueves Santo.
En cuanto a la Cofradía de la Resurrección, la lluvia ha provocado más de un año su suspensión en el mismo templo de La Horta. Si la lluvia se produjese iniciada la procesión, ambos pasos disponen del Museo para resguardarse, en el caso de que la lluvia les sorprendiese en la calle. En función de las previsiones, también la cofradía puede jugar con las estaciones que celebran el Jesús y la Virgen para acelerar su regreso a la iglesia de La Horta.
Actos en el interior de las iglesias
El riesgo de lluvia, según explica la Aemet, disminuye a medida que avanza el día y cae la noche, al enfriarse la atmósfera. En el caso del traslado del Nazareno, la cofradía de Jesús del Vía Crucis ha tenido que suspenderlo algún año, siendo trasladada la imagen a la Catedral con posterioridad para poder salir del templo mayor en la tarde del Martes Santo. En las primeras previsiones oficiales de este año, la agencia anuncia un anticiclón con temperaturas casi veraniegas hasta el Domingo de Ramos y un periodo de inestabilidad atmosférica y riesgo de chubascos a partir del Lunes Santo.
El agua ha sorprendido varios años a la Hermandad Penitencial del Espíritu Santo que, sin ir más lejos el año pasado, hubo de suspender en la Catedral el desfile procesional de la noche del Viernes de Dolores, dejando allí a la imagen titular. Además disponen de la posibilidad de acortar el recorrido avanzando directamente hacia la Catedral por la Rúa de los Notarios sin acceder por la calle Arcipreste, Fray Diego de Deza, Arias Gonzalo y Troncoso. También la Hermandad de Luz y Vida ha suspendido un año su desfile por previsión de lluvia, sin llegar a salir de la Catedral, y existe además un recorrido corto hacia la Plaza de San Ildefonso y dando la vuelta por la calle Arcipreste para regresar al templo mayor. La impresionante medida y anchura de las andas hace inviable resguardarlas en cualquier punto del desfile procesional.
Varias veces han sido las que la lluvia ha caído como un jarro de agua fría sobre La Borriquita, que ha suspendido directamente en el Museo su salida ante los centenares de niños de corta edad que salen. Como ocurre con el resto de cofradías, en el caso de que un aguacero les sorprenda ya en la calle, el protocolo establece regresar al Museo por la vía factible más corta.
Félix Gómez, abad de la Buena Muerte, apenas ha lidiado con la lluvia, que solo les ha sorprendido en un par de ocasiones durante el recorrido sin apenas intensidad. Semanasantero con amplia experiencia, apela al "sentido común". Así, en el caso de que las predicciones apunten a una lluvia torrencial, la procesión quedarían inmediatamente suspendida y se efectuaría en el interior de San Vicente el acto penitencial y la interpretación del "Oh Jerusalén" por el coro de la hermandad.
En cuanto a las Siete Palabras, el reglamento de régimen interior también estipula esperar en caso de lluvia "un tiempo prudencial" y suspender la procesión, si las condiciones así lo aconsejan. Existe asimismo un protocolo, en el caso de que la lluvia lo permita, de hacer un recorrido corto con los estandartes y los cristos, sin la imagen del Cristo de la Expiación, por las calles adyacentes a Santa María de La Horta. En el caso de suspensión, el rezo de las Siete Palabras se realizaría en el interior del templo. Este año, sin embargo, su salida es extraordinaria desde la Catedral, al cumplirse su cincuentenario, por lo que el rezo se realizaría en el interior del templo mayor si las condiciones climatológicas aconsejasen la suspensión.
La Real Cofradía del Silencio también lo tiene claro. Si la previsión es de agua con seguridad, la procesión quedará automáticamente suspendida. En el caso de que el agua hiciese acto de presencia durante el desfile, el Cristo de las Injurias se desviaría hacia el Museo por el camino más corto, teniendo en cuenta que los ejes de las ruedas no permiten maniobrar con demasiada celeridad.
También a la Cofradía de la Esperanza le ha tocado lidiar con la lluvia, unos años suspendiendo la procesión en Cabañales y otra evacuando a la Virgen de la Esperanza directamente hacia el Museo desde la Cuesta de Balborraz, sin dirigirse hacia la Catedral.