La llegada de los pasos de la Veracruz a la Seo de Zamora ha vuelto a dar sentido a la tarde del Jueves Santo. Cientos de hermanos y hermanas han dado fe de un momento de tradición perdida por culpa de una pandemia que dejó los jardines del Castillo sin Bendita Merienda.
Hoy dos años después las aceitadas, empanadas, frutas y mistelas son protagonistas como re constituyentes para los hermanos tanto de fila como de carga.

Un momento de refuerzo para poder continuar hasta el Museo de Semana Santa donde se despide el cortejo. Miradores y plazas se llenan de mesas con viandas para hermanos y familiares, hoy se merienda y cena en la calle se duerme poco o nada y se espera a la madrugada ese momento tan especial que barrunta la mañana.
