La procesión extraordinaria del congreso nacional de hermandades de Jesús Caído concluye en la Catedral con el cántico emocionado de La Muerte no es el Final.
Centenares de zamoranos han acompañado esta tarde a la imagen de Jesús Caído, titular de la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, transformando una tarde de octubre en el eco de un Lunes Santo, cuando las puertas de la iglesia de San Lázaro se abren.
Esta vez fueron las puertas del Museo, con la incorporación extraordinaria del Merlú marcando los fondos del paso, a fin de que el centenar de congresistas del encuentro nacional de cofradías de Jesús Caído conociesen una de las tradiciones y de los sonidos más arraigados en la Semana Santa zamorana.
Acompañado, mecido por los acordes fúnebres de la Banda Nacor Blanco, el Jesús en su Tercera Caída, obra de Quintín de Torre, ha lucido majestuoso por las calles a hombros de sus hermanos de paso, mostrando su portentosa talla bajo el peso de la cruz a sus cofrades y a quienes han contemplado desde las aceras el paso del cortejo.
Ya en la Plaza de la Catedral, la Banda de clarines de la cofradía ha convocado al silencio y a la oración, como si estuviese cayendo la noche del Lunes Santo sobre la Plaza de la Catedral. Especialmente emocionante ha sido el cántico de La Muerte no es el Final, interpretado por el coro de la cofradía y la Banda de Nacor Blanco, que ha puesto el broche de oro a una jornada extraordinaria que aha vestido de Semana Santa el otoño y que ha servido para mostrar parte de la tradición y de la devoción que atesora el pueblo zamorano.
GALERÍA (Fotos: Rafa Lorenzo)