La Semana Santa de Zamora es un crisol de tradición, devoción y arte. Entre estas obras de fervor y expresión se encuentra el paso de 'El Descendimiento' una pieza icónica tallada por el imaginero Ramón Álvarez. Este paso, ha ocupado siempre un lugar destacado en la devoción de los zamoranos. Se tiene constancia de su existencia al menos desde el año 1620, cuando aparece mencionado en un antiguo documento de pago de cuadrillas. Con el paso del tiempo, este conjunto escultórico se convirtió en un ícono más que venerado.
Las imágenes que componen este paso son un testimonio conmovedor de la Pasión de Cristo. En ellas, se representa el momento sagrado en el que Jesús es descendido de la cruz por Nicodemo y Arimatea, mientras la Virgen, San Juan y otras mujeres observan la escena con profundo dolor y devoción. Esta representación, realizada originalmente con imágenes de vestir, adquirió una nueva dimensión con la llegada de Ramón Álvarez.
El encargo de esta obra maestra se realizó en 1857, con un presupuesto de 5.000 reales. Sin embargo, su ejecución no estuvo exenta de desafíos. Álvarez solicitó una prórroga para completar la obra, lo que retrasó su primera salida procesional hasta 1859. A pesar de estos contratiempos, 'El Descendimiento' fue recibido con entusiasmo por los zamoranos, marcando el inicio de una nueva era en la escultura sacra local.
La importancia de del imaginero en la historia de la Semana Santa zamorana no puede ser subestimada. Nacido en Coreses en 1825, Álvarez dejó un legado imborrable en la ciudad como escultor, hojalatero y educador. Su genialidad trascendió los límites provinciales, dotando a las cofradías locales de una personalidad única y dejando un impacto indeleble en la religiosidad popular. Los pasos procesionales creados por Álvarez, incluido 'El Descendimiento', continúan suscitando emociones profundas entre los fieles zamoranos, incluso después de más de un siglo desde su creación.
