Las damas, con su habitual traje enlutado, peineta y mantilla, ataviadas con la cita verde y acompañadas con tulipa y la vela reglamentaria, recogían a la Virgen de la Esperanza en el Convento de las Dominicas, donde descansaba tras separarse del Nazareno, de la desesperanza y del dolor de la noche del Martes Santo.
Los hermanos, con túnica y caperuz en raso blanco, faja y capa de raso verde acompañaban a las féminas por el Puente de Piedra y la avenida del Mengue, hasta llegar a Balborraz, donde se vive uno de los momentos más significativos. Dónde todo se llena de color verde, de verde Esperanza.
En esta luminosa mañana de Jueves Santo, los más pequeños también fueron protagonistas. Se repartían entre las demás hermanas que caminaban o encabezaban la procesión y eran vigiladas constantemente por los celadores asignados a esa función.
Enfilaron por la Plaza Mayor, Ramos Carrión, Rúa de los Francos y de los Notarios, hasta la Plaza de la Catedral, donde entraron en el atrio y se entonó la Salve en honor a la Virgen de la Esperanza. Se abría así un Jueves Santo cargado de Pasión, repleto de Esperanza en la mañana, tarde de Evangelio en la calle, noche de un Jesús que yace y la madrugada más especial de Zamora.
Galería de imágenes por Paco Colmenero
Galería de imágenes por Marcos Vicente