Y sí, el ministro Óscar Puente debería saberlo. Porque si el AVE es una herramienta para atraer viajeros, fomentar la economía local y mejorar la calidad de vida… ¿por qué se ningunea a uno de los accesos naturales al Lago de Sanabria, a los Arribes, a la Sierra de la Culebra, y a toda una comarca castigada por la despoblación?
El tren sí para en Otero de Sanabria, una estación más cercana al olvido que al uso, nacida entre promesas y estudios de “posicionamiento estratégico”, pero alejada de núcleos reales de población. ¿Dónde quedó el criterio social? ¿Y el compromiso con los pueblos?. El agravio es aún mayor si recordamos que la construcción de esta línea supuso la expropiación de tierras a muchos sanabreses, que perdieron su patrimonio con la promesa de un futuro mejor… y hoy ven pasar los trenes, pero no bajan pasajeros. Ni uno.
Y aquí la reflexión:
¿De qué sirve una infraestructura moderna si no se adapta a las necesidades reales de la gente? ¿De qué sirve presumir de AVE si no para donde debe, ni ayuda a quien lo necesita?
La movilidad no puede seguir gestionándose como si fuera una empresa privada que sólo busca beneficios.
Porque si seguimos ignorando al mundo rural, a los trabajadores que necesitan conectividad, a los pequeños negocios que esperan turistas… lo único que vamos a acelerar con este AVE es la despoblación.
Y ahí sí que no habrá parada posible.
La respuesta ciudadana no se ha hecho esperar. La asociación "Jodidos por el Tren" ha canalizado el descontento de los habitantes de Sanabria, organizando manifestaciones y recogidas de firmas para exigir la restitución de los servicios suprimidos. Incluso figuras públicas como Pepón Nieto y Javier Sierra han mostrado su apoyo a la causa.
Mientras tanto, la Junta ha implementado medidas paliativas, como la tarjeta BUSCyL, que permite viajar gratuitamente en autobús por Castilla y León para los empadronados. Sin embargo, estas soluciones no compensan la pérdida de un servicio ferroviario esencial para la cohesión y el desarrollo de la comarca.
Sanabria clama por una solución que no solo restaure las paradas del AVE, sino que también reconozca su derecho a una conectividad justa y equitativa. La alta velocidad no debe ser un privilegio exclusivo de las grandes ciudades, sino una herramienta para vertebrar y revitalizar todo el territorio.
Sanabria, en vía muerta: la alta velocidad que pasa de largo
La comarca de Sanabria, en Zamora, ha pasado de ser una promesa de conectividad a convertirse en símbolo de la España olvidada. La estación de Alta Velocidad de Otero de Sanabria, inaugurada en 2021 con la esperanza de revitalizar la región, ha visto cómo sus servicios se reducen drásticamente. Desde el 9 de junio de 2025, solo seis de los 22 trenes diarios entre Madrid y Galicia hacen parada en esta estación, eliminando conexiones clave para trabajadores, estudiantes y pacientes que dependían del AVE para desplazarse a Zamora o Madrid.
La decisión de Renfe de suprimir estas paradas ha generado una ola de indignación. La Junta de Castilla y León ha expresado su rechazo, calificando la medida de "ilógica" y perjudicial para el mundo rural. Además, la Comisión Europea ha señalado que esta supresión podría vulnerar el derecho a la cohesión territorial recogido en la legislación comunitaria