El tiempo se detuvo este domingo en Alba de Tormes. La Basílica de la Anunciación volvió a convertirse en epicentro de la espiritualidad y la historia con la exposición pública de los restos de Santa Teresa de Jesús, un acontecimiento extraordinario que no se producía desde hace más de un siglo y que solo ha ocurrido tres veces antes en la historia.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, presidió la ceremonia de apertura, en la que se rindió homenaje a una de las figuras más universales del misticismo cristiano. “Santa Teresa fue una mujer adelantada a su tiempo, ejemplo de austeridad, entrega y fortaleza espiritual. Su legado trasciende lo religioso y forma parte esencial de nuestra identidad como castellanos y leoneses”, afirmó Mañueco ante los asistentes.
Natural de Ávila y fallecida en Alba de Tormes en 1582, Teresa de Jesús ha dejado una huella indeleble en la historia de la Iglesia y de la literatura, fundadora del Carmelo reformado y autora de obras imprescindibles como Las Moradas o Camino de perfección. Su cuerpo incorrupto ha sido, desde su muerte, objeto de devoción y estudio, y permanece custodiado por la comunidad de Carmelitas Descalzos, a quienes el presidente agradeció su compromiso con la memoria y el legado teresiano.
La exposición y veneración de los restos podrá visitarse hasta el 25 de mayo, ofreciendo a los fieles y curiosos una oportunidad única para acercarse a la figura de una santa que, más de cuatro siglos después, sigue despertando fervor, admiración y respeto.