“¿Quién se irá mientras quede una piedra por labrar? Las aspas del molino no descansarán. El viento es libre y seguirá”. Un alegato que bien puede resumir el sentido de una canción, de un trabajo y de una sociedad cada día más concienciada en la necesidad de recuperar el día a día de nuestros pueblos.
Cuando la banda salmantina de folk-rock The Son of Wood pensó en la ubicación del videoclip del que sería el adelanto de su próximo disco lo tuvo claro. La especial relación que Lucía, violinista zamorana, mantiene con su pueblo materno llevó al equipo al completo a coger sus bártulos -equipo de grabación incluido- para trasladarse al alfoz de Toro. Con la vista puesta en mostrar que los pueblos continúan albergando vida y futuro como ejemplos de una riqueza sin parangón, Lucía puso el foco en Venialbo y en concreto en su abuelo, Vicente Sánchez Almeida.
A sus 84 años, Vicente se convirtió en el protagonista de un videoclip que ha implicado al municipio al completo en un videoclip coral que ha mostrado el sentir de un pueblo dispuesto a hacer frente al drama de la despoblación.
Y es que sólo en número de actores que salen frente a la cámara se han congregado cerca de una treintena de personas, algunas de las cuales se añadieron de manera improvisada tras ver la movilización del equipo rodando por las calles de este pueblo anclado a la Mancomunidad de la Tierra del Vino.
Su panadería, su bar, su tienda de alimentación, la granja de pollos “El espolón”, pero también su plaza y sus caminos se han convertido en la imagen perfecta de “Nuestros campos”, con un tema que arranca en un tono pausado para, posteriormente adoptar un tono enérgico y reivindicativo: “Un vídeo que pone en valor esa España vaciada que todavía late con fuerza”.
Una serie de historias que confluyen en la imagen de Vicente que hace de nexo y de imagen de esos pueblos que continúan batallando por recuperar el fulgor de antaño.
Porque la vida continúa incluso en las estampas más rutinarias. Tras las reuniones diarias en la plaza, en las partidas a la hora del café y que conviven con las nuevas generaciones admirando el poder de la fotografía analógica entre negativos y recuerdos, y tirando de sus móviles para grabar vídeos en TikTok. La esencia de una tierra que “es nuestra”, en la que aún se respira a campo, en la que la diversión continúa haciéndose un hueco y a la que le queda aún mucho por vivir y contar.
“En cuanto empezamos a mover hilos todo el mundo quiso colaborar”. Habla una Lucía que aún se deleita con el aroma de las tortillas que su abuela elaboró para el equipo y amenizar las sesiones de grabación. “Queríamos que todo pudiera tener su espacio”, lo que llevó al grupo de teatro del pueblo a sumarse a esta iniciativa que ha estado coordinada, grabada y producida por el propio gripo.

“Volvimos locos a todo el pueblo”. The Son of Wood está compuesto por un grupo de siete músicos que ya ultiman el lanzamiento de su próximo disco en marzo. Todos ellos se conocieron en el Conservatorio Superior de Música de Salamanca en el que Lucía continuó con sus estudios de violín, y que les llevó a emprender un camino incierto pero con la apuesta decidida de tratar de vivir de su pasión.
Bajo el título de “Asfalto y cereal”, la dualidad de vivir en la ciudad y el campo centra la lista de temas de esta agrupación que cuenta ya con tres trabajos de estudio y cinco años de vida a sus espaldas. Un disco que les llevará de gira y que pasará por Zamora en el próximo mes de abril.
