Ayer el grupo Scout Toro celebró San Jorge en un acto que quiso representar la fuerza del movimiento, aún en tiempos de pandemia. Ya cuenta con 83 chavales tras experimentar un crecimiento notable en todas las ramas desde los más pequeños (lobatos y castores) hasta los 21 años (llamados los Rutas).
Con motivo de esta celebración, las fundaciones González Allende y la de Valparaíso-Sevillano junto al Ayuntamiento de Toro han convenido dignificar el hecho de que todo haya sido uno de los primeros enclaves en fundarse a nivel nacional.
Este método educativo que busca aprender mediante el juego y una educación basada en los valores llegó pronto al municipio zamorano, concretamente siete años más tarde, en 1914.
Para celebrar esta fecha se ha erigido un monolito que está formado por un lagar pétreo propio de Toro, sobre el que se apoya el fuste de una columna india (que se trajeron a nivel internacional y se empezaron a adquirir en el s. XIX). Lo coronan cuatro flores de lis realizadas en forja que significan las cuatro etapas del movimiento scout en Toro: el año fundacional -que tuvo lugar en el colegio de los escolapios y se alargó hasta prácticamente la República y el alzamiento de la Guerra Civil-; en los años 60 y 70 cuando se organizó el grupo Scout venido de Salamanca del grupo San Pablo; en la década de los 80 donde hubo scouts en el Seminario y la cuarta etapa en el s. XXI.
La ceremonia de ayer fue especialmente significativa, teniendo en cuenta que algunos de los scouts que hicieron su promesa tuvieron como padrinos a algunos miembros scouts de la última etapa de los años 80.
Fue una celebración llena de fiesta, alegría y espíritu de colaboración en la que no faltaron las medidas del protocolo Covid. Tampoco faltó una pequeña gala de reconocimientos a las fundaciones y particulares que han aportado material de los scouts de etapas anteriores como Ernesto Verger o María Jesús García que han aportado documentación muy valiosa para ampliar la documentación sobre el movimiento.
Al acto acudieron notables figuras del mundo del scout de Castilla y León, entre ellos el Equipo de Crecimiento así como Antonio Matilla que formó parte de la década de los 60-70 en el Seminario.
