Las cuentas agrarias suben 3 puntos menos que la media del presupuesto, entre 2 y 3 veces menos que otras consejerías, y están un 23% por debajo del presupuesto que recibió en 2009. Coag cree que el presupuesto debería crecer inversamente proporcional a la pérdida de profesionales del sector, un 27,5 % desde 2005, para frenar y revertir la caída de activos.
Coag comprende la complejidad de la situación que está afectando a toda la sociedad, y valora el incremento del presupuesto global de la Junta, especialmente en las políticas sociales como Sanidad, Educación y Servicios Sociales. No obstante, el sector agrario tampoco ha sido ajeno a la crisis, particularmente por la incidencia del cierre del canal HORECA; y pese a ello la agricultura ha estado y está a la altura de las circunstancias cumpliendo con su compromiso con la sociedad. Por ello la pregunta es ¿la Junta se ha volcado presupuestariamente también con la Consejería de Agricultura?
Si hacemos la comparación, las cifras no engañan: pese a que el presupuesto de agricultura sube un 10%, lo hace 3 puntos menos que la media del presupuesto general de la Junta, y entre 2 y 3 veces menos que otras consejerías como presidencia y transparencia. Además, está un 23% por debajo del presupuesto que tuvo en 2009, en los inicios de la anterior crisis. Y lo que es más importante, sigue en tendencia acusadamente descendente, habiendo perdido nada menos que 5 puntos de peso respecto del presupuesto global de la Junta en 2005 (un 30%); desde aquel año ha pasado de representar el 16,58% al 11,79% en 2021.
Aun valorando el incremento del presupuesto de la Consejería en 48 millones de euros, (excluida la PAC), lo que permite aumentar las partidas de seguros agrarios (+36%, hasta 10,6 millones), regadíos (+31%, 52 millones) industria agroalimentaria (+32%, 42 millones), formación agraria (+75%, 5,4 millones), o sanidad animal (+2,1%, 21 millones), así como a dotar presupuestariamente el nuevo Plan de agricultura y ganadería joven (3,7 millones) y la Estrategia de emprendimiento de la mujer rural (3,5 millones), cabe plantearse si este presupuesto es suficiente para hacer frente a la crisis estructural que atraviesa el sector agrario regional.
Frente a un presupuesto que debería crecer inversamente proporcional a la pérdida de profesionales del sector para frenar y revertir la imparable caída de activos, vemos que las tendencias son paralelas, y que tanto los profesionales como el peso del presupuesto agrario van en línea descendente, acumulando caídas cercanas a un treinta por ciento desde 2005. COAG considera que para el sector agrario tan importante como estar bien dotado económicamente resulta la orientación que se hace de dicho presupuesto. No basta sólo con aumentar las asignaciones, sino que lo fundamental es el modelo que se pretende fomentar estructuralmente. En este sentido no podemos sino ser pesimistas sobre el futuro que le espera al modelo social que COAG viene reivindicando tradicionalmente.
Recientemente, COAG denunciaba que el 7 por ciento de las empresas agrarias copan el 42 por ciento de todo el valor de la producción agraria. Esto es lo que no queremos para nuestro sector. Necesitamos un presupuesto que cree las condiciones para que las explotaciones de nuestros profesionales tengan rentabilidad y no se cierren. Y para que se incorporen a la agricultura y la ganadería jóvenes, mujeres y nuevos profesionales.
En el caso de la provincia de Zamora, de los 7.115 agricultores con los que contaba la provincia, actualmente únicamente quedan 4.828, lo que supone la pérdida de prácticamente 2.500 agricultores en los últimos 15 años, el 32%, siendo la segunda provincia, por detrás de León, con mayor pérdida de agricultores y demostrando el vacío en el mundo rural zamorano.