El juego de las chapas, una tradición profundamente arraigada en los pueblos de Castilla y León, sigue siendo uno de los momentos más esperados de la Semana Santa en la provincia. Este juego, que tiene lugar entre Jueves Santo y Domingo de Resurrección, mantiene su vigencia sobre todo en las zonas rurales, donde se celebra con gran entusiasmo. Con un origen que se remonta a la época romana, cuando los soldados sorteaban la túnica de Jesucristo, el juego es hoy una costumbre que une a vecinos y visitantes en una divertida forma de socialización.
El mecanismo del juego es sencillo: dos monedas, conocidas como "perras gordas", son lanzadas por un jugador que actúa como banca. Los participantes deben adivinar si ambas monedas caerán con la cara o la cruz hacia arriba. Si las monedas muestran caras diferentes, la jugada debe repetirse hasta que ambas caigan del mismo lado. Este juego, que es una verdadera fiesta colectiva, está organizado por un "baratero", encargado de gestionar la partida y garantizar que se cumplan todas las reglas del juego.
La Junta de Castilla y León regula este tradicional pasatiempo a través del Catálogo de Juegos y Apuestas y el Reglamento regulador de la actividad. Gracias a estas normativas, la práctica del juego de las chapas se desarrolla de forma legal y segura, lo que proporciona una mayor protección tanto a los organizadores como a los jugadores. En palabras del consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, "esta tradición representa, sobre todo, una forma de socialización y de diversión colectiva, y en ningún caso debe existir engaño en su práctica".
Durante la Semana Santa de este año, se han otorgado 96 autorizaciones a establecimientos de diversas localidades de Castilla y León para que el juego de las chapas se lleve a cabo con total normalidad. En Zamora, por ejemplo, los pueblos de Benavente, Olmillos de Valverde y Santa Cristina de la Polvorosa cuentan con la autorización para organizar partidas de chapas. La Junta también ha subrayado que se deben respetar las normativas, como la prohibición de apuestas con bienes muebles o inmuebles, y la exigencia de realizar las partidas a más de 100 metros de cualquier centro educativo.
Además, la práctica del juego debe llevarse a cabo en espacios abiertos o cerrados, siempre con los permisos municipales pertinentes. A pesar de su popularidad, este año no se han registrado solicitudes para su desarrollo al aire libre.
Por otro lado, la Junta ha advertido que cualquier infracción administrativa, como la organización de partidas clandestinas o la manipulación del material de juego, será considerada grave, protegiendo así la integridad del juego y de los participantes.