A través de esta misiva, se recuerda el caso de Balsa de Ves, en Albacete, como un ejemplo del desastre que puede traer consigo este tipo de proyectos industriales.
En Balsa de Ves, una localidad que hace diez años autorizó la instalación de una macrogranja de cerdos y, posteriormente, una planta de biogás, las consecuencias han sido devastadoras. Según relatan, la población ha disminuido más del 40%, la fuente local ha dejado de proporcionar agua potable y el campo se ha visto afectado por toneladas de digestato pestilente que impregna el aire y el entorno.
La actual alcaldesa de este municipio recuerda las palabras del exalcalde, ya fallecido: “He traído la ruina a mi pueblo”. Estas palabras resumen el daño causado por un proyecto que prometía prosperidad y terminó dejando un legado de contaminación y despoblación.
Los vecinos de Balsa de Ves denuncian que las plantas de biogás, que inicialmente prometen gestionar residuos agrícolas y ganaderos, terminan por recibir también grandes volúmenes de residuos industriales. Esto genera sobrecargas en los sistemas, procesos deficientes y, en última instancia, una proliferación de digestato mal procesado en los campos.
Además, destacan cómo las plantas buscan constantemente ampliar sus operaciones. Proyectadas inicialmente para procesar 19.000 toneladas de residuos, pueden llegar a duplicar esta cifra gracias a autorizaciones administrativas para “cambios no sustanciales”, con escasos controles medioambientales.
La carta apela a la responsabilidad de los alcaldes, reconociendo su buena fe y su interés en atraer riqueza a sus municipios, pero instándolos a escuchar las voces de quienes ya han sufrido las consecuencias de estas plantas.
“Decir que no a una planta de biogás no es dejar pasar una oportunidad. Las empresas estarán dispuestas a instalar estas plantas en cualquier otro momento, ya que en ningún sitio las quieren”, señala la plataforma.
Desde Stop Biogás Zamora enfatizan que esta no es una cuestión de ideología, sino de supervivencia. Instan a los alcaldes a priorizar la salud y el bienestar de sus vecinos sobre los intereses económicos de las empresas promotoras.
En un contexto de despoblación y lucha por preservar el medio rural, esta carta recuerda que no todas las promesas de desarrollo son beneficiosas. Mientras algunos pueblos comienzan a sufrir las consecuencias de decisiones tomadas años atrás, otros aún tienen la oportunidad de decir “NO” y proteger su futuro.
La Plataforma Stop Biogás Zamora cierra su mensaje con un pedido claro: “¡Alcaldes, vuestra gente os dará las gracias por haber dicho NO!”.
