Desde el Sindicato de trabajadores de enseñanza STECYL-STEZAMORA, apostamos por la Educación Pública, y además ponemos el foco sobre la situación de los colegios rurales agrupados, los llamados CRAS.
Consideramos que hay una serie de ventajas para el trabajo en el aula. El alumnado trabajará con un currículo adaptado al contexto y a sus necesidades. Posibilidad de trabajar por proyectos, tiempos y espacios flexibles. Trabajo inclusivo donde participa toda la comunidad.
Después de realizado un estudio sobre sus condiciones laborales podemos concluir las siguientes reivindicaciones:
En muchas ocasiones se hacen cargo un mismo docente de 5 niveles distintos en el aula, lo que supone una sobrecarga de trabajo para poder llegar a todo el grupo en el tiempo adecuado.
Las horas de los/as maestros/as de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje son escasas, ya que siempre comparten horarios. Solamente pueden ver y atender al alumnado que lo requiere un día a la semana, debido a que están obligados a itinerar, lo que resulta totalmente insuficiente.
El trabajo de los equipos directivos de los Cras supone una complejidad no reconocida por parte de la Administración, si ejerces como equipo directivo no tendrás derecho al complemento de Cra que si tienen el resto de los compañeros.
Los trámites burocráticos siguen resultandos excesivos para la escasa disponibilidad de tiempo que tienen todos los/las docentes, más cuando tienen las tutorías añadidas. Para los equipos de nueva incorporación la burocracia resulta desbordante, en algunas ocasiones son unipersonales.
La reducción horaria de la hora 25 supone una carga para el resto del equipo, ya que desde la Administración no se ha tenido en cuenta la necesidad de ampliación de profesorado en cupos. Esperemos que esto se resuelva para el próximo curso, las plantillas de los CRAS siempre son muy ajustadas como consecuencia se produce la falta de refuerzos para el alumnado con necesidades.
Algunos de los programas de mejora ofertados por la Administración educativa no tienen posibilidad de ser incorporados, al requerir un mínimo de alumnado que siempre resulta insuficiente. Una característica común a todo el entorno rural que habría que tener en cuenta, cumpliendo así la igualdad de oportunidades.
Por todo ello consideramos que uno de los pilares de nuestra realidad social es esta riqueza del entorno rural que necesita ser apoyado en todos los ámbitos, es fundamental el apoyo educativo y la transformación en riqueza de una realidad que nos representa en Castilla y León. ¡Apostemos por ello!.
