El 1 de agosto, cerca de 150 personas se reunieron en la localidad de Villardondiego, en la provincia de Zamora, para mostrar su rotunda oposición al proyecto de instalación de una planta de biogás en el término municipal de Villardondiego-Pozoantiguo. La convocatoria, impulsada por la Plataforma de Villardondiego-Pozoantiguo, reunió a vecinos de la zona, principalmente de Pozoantiguo, Villardondiego, y Toro, así como a residentes de segunda vivienda, quienes mostraron un firme compromiso con la preservación del entorno y la calidad de vida en sus pueblos.
La concentración tuvo como objetivo principal informar a la comunidad sobre los riesgos asociados a la planta de biogás, un proyecto industrial que ha generado controversia debido a los posibles impactos negativos en la salud y el medio ambiente. La plataforma denunció la falta de información por parte de las administraciones locales y regionales sobre las consecuencias a corto, medio y largo plazo de contar con este tipo de instalaciones en la zona. De hecho, el Ayuntamiento de Pozoantiguo negó el uso de un local para la charla informativa, lo que motivó aún más la determinación de los vecinos para organizarse de forma independiente.
Los asistentes a la reunión pudieron escuchar diversas exposiciones a cargo de expertos, como un licenciado en Ciencias Ambientales, una doctora y una presidenta de una asociación local. Durante la charla, se detallaron los impactos de la planta, que incluiría un tránsito constante de camiones pesados, transportando sustancias como purines, estiércoles y restos vegetales y animales. Esta actividad afectaría directamente a las infraestructuras locales, causando desperfectos en las carreteras y un incremento en las molestias para los vecinos, quienes también tendrían que lidiar con los olores y los riesgos asociados a la emisión de gases peligrosos durante el proceso de obtención del biogás.
El biogás, un combustible derivado de residuos orgánicos, se produciría a través de un proceso anaeróbico que liberaría metano, un gas mucho más contaminante que el dióxido de carbono. Además, las autoridades locales han señalado que la planta generaría una gran cantidad de "digestato", una sustancia residual que se utilizaría como fertilizante, pero que según los opositores, podría contaminar los suelos y los acuíferos debido a su contenido de metales pesados y elementos químicos perjudiciales. A pesar de los intentos de la empresa responsable de presentar el proyecto como una fuente de empleo y riqueza para la zona, los vecinos aseguran que el verdadero impacto sería la degradación del entorno y la despoblación de los pueblos.
Los miembros de la plataforma también expresaron su preocupación por la falta de supervisión de los proyectos industriales de este tipo. Señalaron que los pocos inspectores medioambientales disponibles no podrían garantizar un control adecuado sobre las plantas de biogás, lo que podría facilitar que las empresas eludieran las normativas y cometieran infracciones.