Tras numerosos proyectos e iniciativas para conseguir financiar la restauración del órgano de Fermoselle, ya es una realidad. El instrumento está siendo desmontado para su reforma y reconstrucción, que se llevará a cabo en el taller del maestro organero, Joaquín Lois Cabello, de Tordesillas.
Con su tesón, unión, ilusión y lucha, el pueblo de Fermoselle ha conseguido que se conserve su patrimonio. Y es que, no han faltado las peticiones a las instituciones para el arreglo de este órgano. Tampoco la labor de los vecinos a través de conciertos, rifas... todo con el objetivo de recaudar fondos.
El equipo encargado ya está en la Iglesia de la Asunción, desarmando las piezas de esta joya barroca y colocándolas en sus respectivas cajas para su perfecto transporte. Se trata de recuperar un instrumento que además de su valor material, es importante por su funcionalidad, pudiendo dar continuidad a la práctica organística.
Fue en enero de este año cuando se anunció la recaudación total del importe presupuestado para su restauración. Unos trabajos que han implicado a todos los vecinos y también a las instituciones. Y una reconstrucción que llega por los 250 años de su construcción. Su autor es Joseph Liborna de Echavarría, continuador de la familia y escuela de organeros más prestigiosa del siglo XVIII. Figura entre los órganos barrocos más relevantes de España.
Su destino inicial fue el Convento de las Comendadoras de San Juan de Jerusalem en Zamora y permaneció allí hasta 1837, cuando fueron desamortizadas y exclaustradas. El órgano pasó a servir en la parroquia de San Bartolomé, también desaparecida, hasta que fue trasladado a Fermoselle en 1894, momento que fue adquirido por el párroco Lope Hernández Bonilla y puesto en funcionamiento por el organero palentino Bernardo Varona.
Hace más de 50 años que sus armoniosas notas no suenan en el templo parroquial. Concretamente en diciembre de 1968. El desuso y la falta de cuidados están deteriorando muchos de sus elementos, a lo que hay que añadir la desaparición del sistema de fuellería, la carcoma de la madera y otros importantes daños, que hacen que necesite una importante restauración y reconstrucción. Y que ahora será una realidad. Un ejemplo de que la constancia y la perseverancia, tiene sus frutos.