Ya ha pasado un mes desde que Zamora se vio sumida en las llamas. Otra vez. Sin embargo, este incendio marcó un antes y un después, no solamente acabó con 30.000 hectáreas, sino también con tres vidas.
Eugenio Ratón de 65 años falleció la pasada jornada en el Hospital de Getafe, donde estaba ingresado con quemaduras sufridas por las llamas. El varón natural de la localidad de Sesnández de Tábara finalmente no consiguió recuperarse de las heridas que afectaron en el 70% de su cuerpo. Esta lamentable pérdida humana se suma al pastor de Escober de Tábara, Victoriano Antón Ratón, que murió intentando proteger a su ganado y a Daniel Gullón Vara, un bombero forestal natural de Ferreras de Arriba que falleció luchando. Tres héroes anónimos que ahora tienen nombres y apellidos. Tres vidas que no van a ser olvidadas jamás.
La ciudadanía ya estaba descontenta con el primer incendio originado en la Sierra de la Culebra en el mes de junio, pero esta situación ha incrementado más el malestar. La población y la Junta de Castilla y León viven un enfrentamiento. Dejaron quemar el monte sin soluciones. Después de visitas, apretones de manos y promesas de ayudas. El foco mediático que ya no es. Un monte quemado, un recurso turístico calcinado y la solidaridad de los vecinos que no se cansan de luchar.
Y es que, han sido 30.000 hectáreas en este fuego, 31.000 en el anterior, un total de 61.000 hectáreas que han afectado a fauna y flora. Un incendio tiene, tuvo y tendrá una gran repercusión en la provincia. Unas llamas que han acabado con la esperanza, los sueños y la ilusión de muchos zamoranos. También con vidas. Un fuego que arrasó con absolutamente todo.
