La recogida de leña, una tradición que se resiste a desaparecer

Dice el refrán que la leña caliente dos veces: cuando se corta y cuando se quema. Muchos pueblos de la provincia, sobre todo, en la zona de Aliste, se aplican el dicho y se resisten a perder la tradición de calentar la casa con la lumbre.

Aunque hasta hace unos años era una tradición en vías de desaparición, la crisis económica y el elevado coste de la energía han hecho que en muchos domicilios rurales se vuelva a utilizar la leña para el uso en cocinas, chimeneas y calefacciones.

El periodo de corta y recogida de la leña se extiende desde el 31 de septiembre al 30 de abril. En los meses de más calor no se puede cortar la madera con el fin de evitar la proliferación de plagas y el riesgo de incendios.

Curiosamente, la llegada de la pandemia dejó el año pasado mucha leña por cortar y recoger, indicaba Asaja Castilla y León. Y es que partir del 15 de marzo de 2020, fecha en la que se decretó el estado de alarma y se inició el confinamiento, ya no se pudieron hacer labores silvícolas y la prohibición se extendió hasta el 30 de abril, fecha en la que ya no está permitida esta labor.

La recogida de leña se realiza sobre todo en las zonas de montaña y de monte bajo. Aunque no es una tarea agrícola, forma parte de la tradición rural y por tanto está muy vinculada al campo y a sus habitantes "Posiblemente no exista otra forma más natural de proporcionar calor a las casas en el largo y frío invierno de Castilla y León, pero además suele ser también un calor barato, lo que no quiere decir que no sea costoso en trabajo", asegura en su web Asaja Castilla y León.

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Mucha de la leña que se corta y recoge para el invierno es de propiedad pública, de montes por lo general propiedad de la Junta Vecinal, y se adjudican mediante el procedimiento de "suertes" entre los vecinos del pueblo según establece la ordenanza regulador o simplemente la tradición y costumbre, explican desde la organización sindical.

La leña de encina es la de más calidad y por tanto más demandada, pero no en todas las comarcas se produce y por tanto se recurre al roble, la leña de haya, a los árboles de ribera o incluso a los pinos. En los pueblos de Tierra de Campos, donde hay menos frío y también menos árboles para leña, tradicionalmente calientan los hogares con sarmientos de las viñas o paja de cereales, informa Asaja. En Aliste, por el contrario, la encina es la reina de la chimenea.

Las máquinas manuales más empleadas  por los vecinos en estos trabajos son la desbrozadora y la motosierra, herramientas que hay que manejar con mucha precaución.

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Según Asaja Castilla y León, el aprovechamiento de los montes, públicos o privados, para extraer leña para consumo doméstico, está regulado por la Junta de Castilla y León y requiere de una solicitud administrativa y su posterior autorización.

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