El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, ha abordado el estado de las plantas de hidrógeno proyectadas en la zona de Granja Moreruela, en relación con la afección al azufre de Villafáfila. Aunque ha reconocido que el seguimiento de estos proyectos no entra dentro de su ámbito competencial, el director destacó la importancia de la rigurosidad en la evaluación ambiental de los mismos.
"Mi competencia abarca temas relacionados con la gestión forestal, los incendios, la caza y la pesca. Las plantas de hidrógeno no están dentro de esa esfera, pero, como parte de la consejería, me corresponde la evaluación de los informes ambientales que se nos presentado".
En cuanto al impacto que estos proyectos puedan tener sobre los acuíferos, Arranz subrayó la estrecha colaboración con las Confederaciones Hidrográficas. "Siempre actuamos de la mano con los organismos encargados de gestionar los recursos hídricos, que poseen la información más precisa sobre los acuíferos y las posibles afectaciones", añadió. De igual forma, ha destacado el compromiso de la consejería con una evaluación rigurosa y exhaustiva para garantizar que los efectos ambientales de estas iniciativas sean debidamente controlados.