Mañana gélida la que les deparó la climatología, pero de alguna manera, contentos ante el temor de que la lluvia intentase ser protagonista indirecta del evento culinario.
A primera hora de la mañana del sábado, daba comienzo la III Pucherada con una más que aceptable participación, tanto a nivel concursantes cómo visitantes habiendo una temperatura gélida y tratándose de una localidad de menos de 250 habitantes.
Algunos de los participantes empezaron a hacer su lumbre cuando apenas estaba amaneciendo y la hierba del parque era completamente blanca por la escarcha caída durante la noche. Poco a poco fueron llegando, hasta formar un corro con más de 20 hogueras. Mientras se cocinaba, el fuego calentaba a los allí reunidos, así como un apetitoso caldo y alguna que otra copa, acompañada de pastas y bollos de la comarca.
Poco a poco la temperatura fue siendo un poco más benévola y el olor a comida iba despertando los estómagos, así que muchos de los concursantes empezaron a preparar aperitivos para almorzar, mientras cuidaban el puchero.
A las 13:00 todos los pucheros estaban listos y se pasó a la valoración por parte de todos los concursantes, puntuando todos los guisos entre uno y diez, exceptuando el propio. Y dio como resultado que el puchero ganador fuese el de Pivi y Franco con 100 puntos de un total de 120 posibles. El segundo premio lo obtuvo la Peña "La Uniónu" y el tercer premio fue para José Matilla.
Una vez entregados los premios, los guisos fueron degustados por todos los asistentes que acudieron al recinto. Y se acompañó con unas jotas castellanas, que incluso algunos hicieron amago de bailarlas.
Los organizadores estaban muy contentos con el resultado y dispuestos a hacer de esta fiesta-concurso, una tradición.