Entre el 12 y el 18 de abril se han talado varias decenas de alcornoques centenarios en el emblemático alcornocal de Valduyán, en Fornillos de Fermoselle, con troncos cuyas circunferencias sobrepasaban los 3 metros en una extensa parcela de 7,3 ha, propiedad de un corchero portugués que la compró en 1996 al último taponero de Almeida y que lleva explotándola desde entonces.
Ecologistas en Acción se ha puesto en contacto con el Servicio Territorial de Medio Ambiente para solicitar información sobre el proceso que ha desembocado en este tremendo atentado medioambiental y, de momento, la única respuesta que ha obtenido es que están investigando lo sucedido. Generalmente se solicitan autorizaciones para el resaldeo y corta de ramas enfermas y para la eliminación de ejemplares secos o dominados. En el caso de árboles centenarios la autorización debe ir acompañada de un informe especificando el alcance de la corta y los agentes medioambientales son los encargados de señalar sobre qué ejemplares se debe actuar. La semana pasada, los agentes medioambientales estaban de descanso y nadie se acercó al alcornocal.
Hace diez años los vecinos de Fornillos ya denunciaron la alarmante propagación de la culebrilla del corcho –un escarabajo que ataca y perfora el corcho y la madera de los árboles– en los alcornocales que rodean el pueblo, en especial en el de Valduyán. El Programa de Movilización de Recursos Forestales 2014-2022 de la Junta de Castilla y León relegó el alcornocal al olvido.
En 2017 se declaró un gran incendio que arrasó 2000 ha y llegó a las puertas del alcornocal de Valduyán, que era la mancha forestal con mayor valor por su extensión, densidad y ejemplares de gran porte. Sin una correcta gestión del sotobosque, colonizado por jaras mayoritariamente, el fuego es otra de las amenazas de este tipo de bosques y más ahora con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático.
Ecologistas en Acción reclama una mayor implicación de la Administración para gestionar adecuadamente este espacio, manteniendo limpio el sotobosque, erradicando las plagas –existen métodos respetuosos con el medio ambiente como, por ejemplo, las trampas para atrapar hembras adultas por medio de atrayentes– y promoviendo el aprovechamiento local del corcho.
Es inadmisible la dejadez de la Junta de Castilla y León en la protección del medio ambiente, de sus parques naturales y la biodiversidad. La insuficiencia de medios humanos, agentes medioambientales, es sin duda una de las causas de este arboricidio. Desde Ecologistas en Acción exigimos que se diriman responsabilidades.
