La provincia de Zamora esconde verdaderos tesoros naturales que sorprenden a quienes se aventuran a descubrirlos. Entre ellos, destacan cinco cascadas que, aunque menos conocidas, ofrecen espectaculares paisajes y rincones llenos de encanto. Si eres amante de la naturaleza y las rutas al aire libre.
Cascada de Abelón (Abelón de Sayago). Ubicada en la comarca de Sayago, esta cascada es una joya escondida en un paraje de gran belleza. Alimentada por el arroyo de la Ribera de Abelón, su caudal varía según la época del año, siendo más impresionante en primavera o tras fuertes lluvias.
Lastras de Aguas Bravas (Mámoles). En pleno Parque Natural de los Arribes del Duero, esta formación rocosa crea espectaculares saltos de agua. Su acceso es algo más complicado, pero el esfuerzo merece la pena para disfrutar del paisaje agreste y la fuerza del agua descendiendo entre las piedras.
Cascada de las Pilas (Almaraz de Duero) A pocos kilómetros de Zamora capital, esta cascada es un pequeño paraíso natural. Rodeada de vegetación y formaciones rocosas, el agua cae sobre un conjunto de pilas naturales esculpidas por el tiempo. Un rincón perfecto para desconectar y disfrutar de la tranquilidad.
Cascada de Sotillo (Sotillo de Sanabria) Una de las cascadas más impresionantes de la provincia y la más conocida de esta lista. Ubicada en el Parque Natural del Lago de Sanabria, cuenta con una caída de más de 20 metros de altura, rodeada de un bosque que en otoño se viste de colores espectaculares.
Cascada de la Palia (Carbajales de Alba) Menos conocida pero igualmente espectacular, esta cascada se encuentra en un entorno de gran valor paisajístico. Su belleza reside en la forma en la que el agua desciende por las rocas, creando pequeños remansos y un ambiente de cuento.
