jueves. 28.03.2024
Visitantes en el Monasterio de Granja de Moreruela
Niños en el Monasterio de Granja de Moreruela

Con la llegada del verano regresa el bullicio a los pueblos. Como el calor, despiertan los gritos de los niños, entre juegos, risas y bicicletas, mientras los padres buscan un refugio donde teletrabajar o, simplemente, pasar unas vacaciones diferentes. Es el nuevo marco surgido tras la pandemia, que ha modificado en buena parte nuestros hábitos de vida y que ha hecho a más de uno volver a apreciar la tranquilidad de vivir en el campo, alejados del ritmo frenético de las grandes urbes. 

Y es que en las últimas semanas han proliferado los mensajes de familias que buscar una casa para pasar los meses estivales. Tener una segunda residencia se ha convertido en todo un lujo, ahora más demandado que nunca y que muchos quieren recuperar o, al menos, disfrutar durante los meses centrales del año, aprovechando las vacaciones escolares de los menores y el mayor tiempo libre que ofrece la jornada intensiva de verano. 

"Estoy buscando una casa de pueblo habitable para alquilarla durante los meses de julio, agosto y septiembre. Que tenga dos habitaciones, baño, cocina y comedor o salón y muy importante que tenga patio o corral". Es una de las muchas publicaciones que comienzan a copar los grupos de Facebook en busca de un espacio de descanso, al margen de los habituales destinos de playa. La vuelta a nuestros orígenes, a los pueblos que muchos abandonaron en busca de oportunidades ha regresado, esperamos, que para quedarse, al menos durante los meses de verano. 

Y es que la pandemia n ha quitado muchas cosas pero nos ha dado otras más. Familias enteras han puesto "tierra de por medio" y han apostado por establecerse en alguno de los pueblos de nuestra provincia, desde la cercana Tardobispo o Pereruela a apenas 10 kilómetros de la capital, a la otra punta de la provincia rayando con León y Portugal.

Una situación que se ha visto también con los refugiados procedentes de Ucrania que se han asentado en municipios como Fermoselle o Robleda-Cervantes. La vida regresa a los pueblos. 

En busca de la tranquilidad del pueblo