Bodas de oro y plata sacerdotales, emotivo homenaje a los fieles servidores del clero diocesano en Astorga

Entre los homenajeados, se destacan los nombres de D. Blas Miguélez, D. Baltasar Villalón, D. Emilio García, D. Santiago Fernández y D. Raúl Vega
Diócesis de Astorga
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Bajo el cobijo de la histórica solemnidad de San Juan de Ávila, cerca de 80 sacerdotes diocesanos se congregaron esta mañana en el Seminario de Astorga para conmemorar y celebrar la figura del patrón del clero secular español.

La jornada festiva inició con la santa Eucaristía, presidida por el ilustre Sr. Obispo, D. Jesús, quien condujo a los fieles hacia un encuentro espiritual profundo en honor al legado y la inspiración del santo patrón. Los cánticos y las oraciones resonaron en el Seminario, impregnando el ambiente con un aura de devoción y gratitud.

Posteriormente, los asistentes tuvieron el privilegio de participar en una enriquecedora conferencia ofrecida por Mons. Julián Barrio Barrio, arzobispo emérito de Santiago de Compostela. Su disertación, cargada de sabiduría y experiencia, ofreció una reflexión profunda sobre la relevancia y el desafío de vivir la vocación sacerdotal en el mundo contemporáneo.

Un momento especialmente emotivo de la jornada fue el homenaje rendido a los sacerdotes que este año conmemoran sus Bodas de Oro y Plata Sacerdotales. Con palabras de reconocimiento y afecto, se honró la entrega y el servicio de aquellos que han dedicado décadas de su vida al servicio de Dios y su comunidad. Entre los homenajeados, se destacan los nombres de D. Blas Miguélez, D. Baltasar Villalón, D. Emilio García, D. Santiago Fernández y D. Raúl Vega. Además, se recordó con cariño a D. Aureliano Sancha, quien recientemente partió de este mundo y que también habría celebrado este año sus bodas de oro sacerdotales.

Como gesto de aprecio y reconocimiento, cada sacerdote presente recibió como obsequio el libro del Palacio de Gaudí, una obra que simboliza la belleza y la grandeza del legado cultural y espiritual de España. La jornada culminó con una comida fraterna, donde los lazos de hermandad y camaradería entre los miembros del clero diocesano se fortalecieron en un ambiente de alegría y gratitud.

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