Este sábado 10 de agosto, la Asociación Cultural Argusino Vive llevará a cabo una emotiva jornada en la que se inaugura un columbario destinado a acoger las cenizas de aquellos que pertenecieron a este desaparecido municipio sayagués.
La celebración se alinea con el tradicional reencuentro de la Asociación Cultural Argusino Vive, que, cada agosto, reúne a los descendientes y amigos del pueblo para recordar y honrar la memoria de Argusino. Esta jornada, que coincide con la llegada de numerosos visitantes y antiguos residentes a Sayago, es un momento de reflexión y comunión en torno al legado de un lugar que, aunque ya no existe físicamente, sigue vivo en el corazón de sus habitantes y sus descendientes.
La inauguración del columbario, que se llevará a cabo a partir de las 19:45 horas, es un acontecimiento cargado de simbolismo y emoción. Tras la misa oficiada por el párroco de Villar del Buey, Juan José Carbajo, las puertas del columbario se abrirán para recibir las primeras cenizas de los 'hijos de Argusino'. Este acto no solo conmemora a los antiguos residentes, sino que también rinde homenaje a José Manuel Fernández Rodríguez, quien fue presidente de la Asociación desde su fundación en 2017 y un ferviente defensor de la memoria de Argusino.
Además de la ceremonia del columbario, el evento incluirá el descubrimiento de "El Rincón de Argusino" a las 20:00 horas. Este espacio expositivo presentará piezas y elementos característicos del antiguo pueblo, rescatados y conservados como auténticas joyas de colección. La tarde también contará con talleres infantiles, ofreciendo a los más pequeños una oportunidad de aprender sobre la historia de Argusino de manera lúdica.
La jornada culminará con un picoteo organizado por la junta directiva de la asociación a partir de las 21:00 horas. Este encuentro ofrecerá un momento para conversar, reencontrarse y rememorar, a escasos metros de las aguas que ahora cubren el antiguo pueblo y que siguen siendo testigo mudo del sacrificio y la historia de sus más de 400 habitantes.
Este evento marca un hito significativo para la comunidad de Argusino y sus descendientes, proporcionando un lugar de homenaje y reflexión en el que el pasado y el presente se encuentran, y donde la memoria de un pueblo perdido encuentra finalmente su descanso eterno.