Este pasado domingo, el Teatro Ramos Carrión vivió una velada mágica con la presentación de El lago de los cisnes, interpretada por el prestigioso Ballet Clásico de Cuba bajo la dirección de Laura Alonso. La obra emblemática, considerada una de las joyas de la historia de la danza, cautivó al público con su narrativa apasionante y la impecable actuación de 35 bailarines en escena.
La historia, una mezcla de romanticismo y tragedia, gira en torno a la princesa Odette, víctima de un hechizo del malvado hechicero Rothbart que la condena a transformarse en cisne durante el día, recogiendo su forma humana solo por la noche junto al lago encantado. El primer acto mostró el encuentro de Odette con el príncipe Sigfrido, quien, cautivado por su belleza y tras conocer la maldición, promete liberar su alma con un juramento de amor verdadero.
El segundo acto se trasladó a los espectadores al baile real, donde Rothbart envía a su hija Odile disfrazada de Odette. Sigfrido, engañado por lo parecido, proclama su amor por Odile, rompiendo involuntariamente su promesa. El príncipe, al darse cuenta de su error, corre hacia el lago para intentar redimir su juramento y recuperar a la verdadera Odette.
La magistral ejecución del Ballet Clásico de Cuba dejó al público en vilo hasta el desenlace final, que desveló si el amor entre Sigfrido y Odette logra superar las barreras del engaño y la magia oscura.
