Los gravámenes impuestos a las entidades de crédito y a las empresas del sector energético han generado en total 2.859 millones de euros en el año 2024, según un informe del Gobierno. Esta cifra se mantiene en línea con las previsiones realizadas y es comparable a la recaudación del año anterior.
Del total recaudado, 1.695 millones corresponden a los gravámenes sobre las entidades de crédito, mientras que las empresas energéticas han aportado 1.164 millones. Estos impuestos, que requieren un primer pago anticipado en febrero y un segundo en septiembre, están diseñados para seguir las recomendaciones de organismos internacionales que abogan por una mayor contribución de sectores con altos beneficios.
Los gravámenes fueron aprobados a finales de 2022 como parte de una política fiscal que busca un reparto equitativo del esfuerzo fiscal, centrándose en las grandes multinacionales y los grandes patrimonios. En este contexto, el Gobierno también ha implementado medidas que han permitido reducir la carga impositiva para las rentas medias y bajas, como la rebaja histórica en impuestos vinculados a la energía y la reducción del IRPF para ingresos hasta 21.000 euros.
Los gravámenes a las empresas energéticas afectan principalmente a los operadores que generan al menos el 75% de su volumen de negocio a partir de actividades de extracción, minería o refinado de petróleo. Sin embargo, están exentos aquellos cuyo importe neto de la cifra de negocios en años anteriores sea inferior a 1.000 millones de euros.
Por su parte, el gravamen sobre entidades financieras se aplica a aquellas con ingresos que superen los 800 millones de euros, calculándose sobre el margen de intereses y los ingresos y gastos por comisiones. El porcentaje aplicable en este caso es del 4,8%.