El Consejo de Ministros italiano ha dado este miércoles un paso más en la lucha contra la Covid al ampliar las franjas y sectores de población que deberán recibir obligatoriamente la vacuna. Se trata de una medida que busca contener la nueva ola de contagios y el avance de la variante ómicron en un momento en el que el número de casos se han incrementado un 153% mientras las muertes suponen casi un 10% en la última semana.
La decisión aprobada por el Gobierno transalpino impone así la obligación de vacunarse a todos los mayores de 50 años, independientemente de si trabajan o no. Así, desde el 15 de febrero los trabajadores tanto del sector público como privado deberán presentar un certificado sanitario reforzado (que indica que una persona se está vacunada o ha pasado la enfermedad), para acceder a sus puestos de trabajo.
Una medida que se extenderá también al personal universitario que pasará a igualarse así como los trabajadores de los centros escolares a quienes ya se les exige el certificado que avala que han sido vacunados frente a la Covid desde mediados del pasado mes de diciembre.
El primer ministro del país, Mario Draghi, asegura que las medidas van destinadas a "preservar el buen funcionamiento de los hospitales y, al mismo tiempo, mantener abiertas las escuelas y las empresas". Italia presenta una tasa de vacunación del 86,07% de personas con el ciclo completo de la vacuna, frente al 89,13% que únicamente ha recibido la primera de las dos dosis.