
La industria del videojuego resiste y sigue expandiéndose en España
Pese al ligero estancamiento que ha sufrido el sector a nivel global en 2022, los videojuegos crecerán en número de usuarios, generación de empleo y volumen de negocio para 2023

Los orígenes de la industria de los videojuegos, entendida como negocio global, se remonta a los años 80, cuando empezaron a popularizarse las videoconsolas hasta el punto de convertirse en un electrodoméstico más del hogar. Sin embargo, ha sido en las últimas dos décadas cuando el sector ha experimentado una transformación y un crecimiento espectacular.
Existen varias razones que explican esta popularización de los videojuegos; una de ellas son las mejoras técnicas, tanto de los juegos en sí como del hardware necesario para jugar o en cuanto a conectividad. Otro motivo es la relación cada vez más estrecha que existe entre la industria de los videojuegos y la del cine, que hace que los títulos para consolas sean cada vez más reconocibles y cercanos para el gran público.
Desde hace tiempo, muchas de las grandes sagas de videojuegos no solo adaptan temáticas del cine, sino que también ha sido habitual ver a famosos de la gran pantalla hacer sus pinitos en la industria del videojuego. Últimamente, se ha producido un camino de ida y vuelta: son las producciones audiovisuales las que adaptan videojuegos, como en el caso del reciente estreno de la serie de televisión The Last of Us para HBO Max.
En la actualidad, la industria incluso está generando sus propias ‘celebridades’ gracias a plataformas de difusión que han surgido por y para los videojuegos, como es el caso de Twitch. Los ‘streamers’ más populares de esta plataforma cuentan con millones de seguidores; llama la atención que, en ese ranking de popularidad, tres de las cuatro primeras posiciones estén ocupadas por ‘streamers’ españoles.

En España, según datos que recoge la web Statista, los ingresos de la industria del videojuego prácticamente se han duplicado en una década, de los 894 millones de facturación en 2009 a los 1.778 en 2019. Desde 2014, el crecimiento ha sido constante, con un evidente salto cuantitativo en 2020 y 2021.
El crecimiento disparado en esos dos ejercicios, totalmente circunstancial (el crecimiento interanual a nivel global en 2020 fue de un 25%), es uno de los motivos que han provocado que, en 2022, la industria del videojuego haya decrecido por primera vez en 10 años. La situación socioeconómica actual o el incremento de los precios de consolas y juegos son otros de los motivos, pero, principalmente, después de dos años de enorme crecimiento, era de esperar que el incremento interanual cayese en 2022, en concreto, un 4.3% respecto al año anterior.
Sin embargo, si nos fijamos en el análisis general de la industria del videojuego, vemos que el sector sigue gozando de muy buena salud y mejores expectativas.
Previsiones sobre el sector de los videojuegos para 2023
Se prevé que, para 2023, los ingresos de la industria del videojuego superen los 2.600 millones de euros en España. A esto se suma una estimación de 8.500 nuevos empleos directos en un sector que busca profesionales cualificados que le ayude a desarrollarse a nivel nacional; los perfiles más demandados son los de programadores, diseñadores y artistas especializados.
España cuenta con unos 16 millones de usuarios de videojuegos, una cifra que no deja de aumentar y que incluye perfiles cada vez más diversos. A nivel global, las mujeres suponen ya el 46% de los ‘gamers’ de eSports (competiciones de videojuegos); y la edad media de los usuarios está aumentando.
Parte de la causa de que los perfiles de los jugadores de videojuegos sean más diversos, se debe a que también lo son las áreas en las que se están introduciendo los juegos. Más allá del ocio, los videojuegos están ganando presencia en ámbitos como el educativo o el de la salud, por ejemplo, se están utilizando para acelerar la recuperación tras una intervención de cataratas. Y, de hecho, uno de los nuevos nichos de mercado de los videojuegos son las residencias de mayores, donde se pueden utilizar para mantener activas las capacidades cognitivas de los residentes.
También crecen las opciones formativas para aquellos que deseen desarrollar una carrera en este sector, tanto en formación profesional como en educación superior. Esta situación demuestra la fe que se tiene en el futuro de una industria que definitivamente ha dejado de ser un mero pasatiempo.