Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se espera un tiempo estable en gran parte de la Península y Baleares desde el sábado 28 hasta el lunes 30 de diciembre. Durante estos días, se registrarán precipitaciones débiles en el sureste peninsular y el área del Estrecho. La niebla será un fenómeno recurrente, afectando especialmente al interior de la Península, con condiciones más persistentes en la meseta norte y las depresiones del noreste.
Las temperaturas máximas sufrirán pocos cambios, aunque en algunas zonas se registrará un ligero descenso. Las heladas irán ganando extensión, especialmente en las áreas del norte peninsular y en el este de la meseta sur. Además, se espera que las heladas afecten también a las sierras del sureste. El viento será mayormente flojo, con predominio del este, aunque podría haber intervalos fuertes de levante en el Estrecho al final del periodo.
Para los días 31 de diciembre y 1 de enero, se prevé un aumento de la inestabilidad en el sureste peninsular y Baleares, donde podrían producirse chubascos, algunos de los cuales podrían ir acompañados de tormentas. Estos chubascos podrían ser localmente fuertes en los litorales del sureste. Mientras tanto, las nieblas seguirán presentes en el resto de la Península, aunque es posible que disminuyan en la meseta norte el 1 de enero.
Las temperaturas no experimentarán cambios significativos, y las heladas continuarán siendo generalizadas en la mitad norte del país. El viento será flojo, con componente este, pero en el norte peninsular se espera que se intensifique y cambie a sur, con intervalos de viento fuerte. En Canarias, se espera que el tiempo se mantenga seco, con presencia de calima ligera, y las temperaturas se mantendrán estables.
A partir del jueves 2 de enero, se prevé un aumento de la inestabilidad debido a la llegada de sistemas frontales desde el Atlántico. Esto podría provocar precipitaciones generalizadas en Galicia y el Cantábrico, con la posibilidad de que las lluvias se extiendan hacia el resto de la Península y Baleares. Además, no se descarta que en las zonas montañosas del norte peninsular, las precipitaciones sean en forma de nieve.
