Se estima que aproximadamente 121 personas han fallecido tras los deslizamientos de tierra e inundaciones producidas por la primera tormenta tropical en Filipinas.
Las autoridades filipinas han asegurado que la mayoría de las muertes se han producido por las inundaciones y desprendimientos. Además, más de 240 personas han resultado heridas, mientras que más de 200.000 residentes han tenido que abandonar sus hogares.
La tormenta ha dañado casas, cultivos, ganado e infraestructura por un valor estimado de 2,6 millones de dólares.
Según las autoridades filipinas, los equipos de rescate continúan buscando a desaparecidos en Baybay y Abuyog.