Los pacientes con dolor crónico lo padecen durante un periodo estimado de siete años y aunque la presencia de unidades de dolor se hace cada vez más frecuente en los hospitales españoles, su oferta terapéutica sigue resultando insuficiente para atender a todos loa pacientes. En la actualidad hay 417 hospitales con estas unidades; están presente en todas las Comunidades Autónomas con una media de 24 unidades por región. 197 de los servicios están en hospitales públicos y forman parte del Sistema Nacional de Salud. El resto son centros de gestión privada. Cada una de las unidades ofrece servicio, de media, a 113.000 ciudadanos.
Uno de cada tres pacientes con dolor crónico ha requerido baja laboral a causa del dolor. E incluso un 32,3% han tenido que abandonar su ocupación laboral; un 17,3% ha cambiado de puesto de trabajo. Tampoco es fácil lidiar con las actividades cotidianas. Estos pacientes presentan dificultades, por ejemplo, para levantarse de una silla o de la cama. Un 60% de los afectados tiene alguna dificultad y uno de cada diez necesita ayuda para realizarlas.
El impacto del dolor en la salud mental tampoco es desdeñable. Un 22% de los pacientes con dolor persistente sufre depresión, un 27,6% ansiedad.
El Barómetro del dolor crónico en España ha sido realizado a través de 7.085 entrevistas a personas de entre 18 y 85 años. El grupo poblacional que sufre más dolor crónico es el que va de 55 a 75 años. Conocer todos estos datos, explica la doctora Failde, "permite abordar mejor esta patología, además de aportar datos sobre el impacto que tiene el dolor crónico a nivel social, económico y sanitario".